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SOCIALISMO MILITAR


                                                                                                                          Absalón Méndez Cegarra

Nunca, como ahora, el sector militar se había  revelado  tan torpe en cuestiones políticas y de gobierno. En el pasado reciente,  las Escuelas o Academias Militares, así como los Liceos militares, se caracterizaban por reunir en su  cuerpo docente a los mejores profesores existentes, civiles y militares. Las Escuelas Militares correspondientes a los distintos componentes de las Fuerzas Armadas Nacionales  y la Academia Militar de Venezuela, sobresalían, no sólo por el decoro y la disciplina del profesional militar, también,  por su formación y capacitación,  pues, se contaba con Planes de Estudio,  que, además, del componente militar, comprendía una amplia formación en otros campos, lo que abrió, sin lugar a dudas, las puertas de las Universidades para que los militares incursionaran en carreras profesionales civiles y en la realización de la diversidad de Estudios de Postgrado en el  país y el exterior, razón de ser del título conferido: Licenciado en Ciencias y Artes Militares.
Las Escuela Militares del presente, al parecer, no forman militares profesionales, sino milicianos, es decir, hombres y mujeres al servicio de una determinada parcialidad política, en consecuencia, dichos  centros de estudio, han pasado a ser escuelas de formación de cuadros, típicas de algunas organizaciones políticas y regímenes gubernamentales (Unión Soviética, China, Cuba).
Los jerarcas militares de turno en Venezuela  diariamente dan a conocer ante sus subalternos y público en general esta concepción miliciana, más como apariencia que como realidad auténtica, pues, en ningún lugar del mundo, ni siquiera en el llamado socialismo real, los militares se comportan en igualdad de condiciones que el resto de la población, por lo que si algo resulta falso e ilusorio en el mundo militar es hablar de socialismo.
El socialismo no es una palabra que puede resultar sonora en algunos oídos interesados. El socialismo es un modo de producción que privilegia la propiedad colectiva frente a la individual; auspicia el desarrollo de las fuerzas productivas mediante la ciencia y la técnica para incrementar la producción; premia el esfuerzo productivo de las personas; tiende a la horizontalidad de las relaciones sociales, de la producción y el poder; relieva el papel del Estado;y,promueve la distribución social de la riqueza, la justicia social y el bienestar de la población, igualando las oportunidades de acceso a bienes y servicios.
Las organizaciones militares en el mundo entero difieren notablemente de los principios y sustentos fundamentales del socialismo. Miente la cúpula militar venezolana cuando habla  de socialismo y eleva a los altares a quien les hizo balbucear la palabra socialismo, aparecida, más como concepto que como realidad, hacia los comienzos de los años 1830, mucho tiempo después de estar en juego lo que más tarde sería calificado de socialismo utópico, es decir, el conjunto de ideas religiosas, sociales, políticas y económicas que buscaban y buscan la fraternidad, solidaridad, cooperación e igualdad entre los seres humanos.
La institución militar se caracteriza, entre otros atributos,  por ser una organización piramidal, jerárquica, en la que la subordinación, obediencia, respeto a los superiores, la disciplina y  el apoliticismo, constituyen valores fundamentales. Todo lo contrario a lo que reza el pensamiento socialista. En consecuencia, en la institución militar no tiene cabida la igualdad, la horizontalidad, la libertad de pensamiento, el debate, la confrontación, el diálogo.
Basta visitar una institución militar en Venezuela: un cuartel, una escuela militar, el IPSFA,  para evidenciar las contradicciones que se observan y la distancia que media entre el “nuevo” discurso militar y la práctica. Encontramos dormitorios y comedores para generales y almirantes, oficiales superiores, oficiales subalternos y la tropa, todo diferenciado en cuanto a lujo, confort y calidad de servicio; estacionamientos exclusivos para generales y almirantes; generales y almirantes disfrutan de vehículo, chofer y espalderos, extensivo al grupo familiar; la tropa es una especie de mano de obra esclava al servicio de los superiores y familiares de éstos. Un soldado u oficial subalterno no puede permanecer en un lugar, llámese club,  bar, restaurante, casino, etc, público o privado,  si el superior no lo autoriza.  Los militares puede reservarse espacios en cualquier punto del territorio nacional e impedir el libre tránsito tan sólo con colocar un letrero que diga: “zona militar. Este es el  socialismo militar existente en el país.


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