Absalón Méndez Cegarra
Hace pocos días, escuchamos a un locutor de una muy oída emisora radial, en un programa mañanero, referirse al mal y al bien, como opuestos en disputa, y, al respecto, afirmó, que, Venezuela estaba gobernada por el mal. Estas tesis del mal y del bien están muy ligadas a creencias religiosas y a todo lo relacionado con la magia, brujería, esoterismo y hechicería. En verdad, no somos creyentes de esas cosas; pero, algunos acontecimientos recientes ocurridos en Venezuela como la profanación de tumbas; muertes en condiciones sumamente extrañas; muertos que viven, gobiernan y comandan a las FAN eternamente, que bajan del santoral a los héroes de la patria; y, sobre todo, el comportamiento de la más alta dirigencia gubernamental empeñada en una siembra de odio, violencia, irrespeto, corrupción, que, se traduce, aguas abajo, entre sus adeptos de menor estatura gubernamental, en el desenfreno de la delincuencia y el fortalecimiento de la cultura de la muerte, revelan que las cosan no andan por buen camino.
El bien, lo asocian las religiones, en especial las cristianas, con lo bueno, con Dios, creador del Universo y protector de su creación. Con la vida y la alegría de vivir. El mal, las fuerzas del mal, por el contrario, está relacionado con lo demoníaco, el diablo o Satanás, el infierno, el maligno, la guerra, la destrucción y la muerte.
En Venezuela, el gobierno nacional, por diversas vías, ha establecido y fortalecido la cultura de la muerte. Para ello se ha armado poderosamente y ha alineado en las filas militares a sectores de actuación evidentemente delictiva para que alimentados por el odio y el rencor social, vayan en contra de sus hermanos, los venezolanos, pues Venezuela no está en guerra con ninguna nación enemiga, ni se encuentra en condiciones de estarlo. Por consiguiente, la preparación miliciana y el armamentismo nacional es para meter miedo, amedrentar e infligir la muerte a los venezolanos disidentes, si es necesario.
Razón fundamental ha tenido la Iglesia Católica venezolana de separarse del maligno y fijar posición clara y categórica ante el cuadro de acontecimientos que vivimos los venezolanos por lo que, ingenuamente, creíamos se trataba de un mal gobierno, que lo es al máximo; pero, que, ahora, sabemos, se trata del gobierno del mal, cosa totalmente distinta. La Iglesia Católica es la institución venezolana con mayor credibilidad en la Venezuela actual. Al Papa Francisco se le ha querido involucrar en un asunto que conoce y observa con la distancia del caso. La Conferencia Episcopal ha informado correctamente al Papa sobre lo que sucede en el país; y, sobre todo, el Papa Negro, un intelectual de primera línea, agudo analista político, quien vino a pasar revista e informarse in situ, para llevarle al Papa Blanco, curiosamente, su subalterno en la Congregación Jesuita, los pormenores de la situación política, social y económica venezolana. La respuesta papal no se hizo esperar. El representante papal ante ese burladero gubernamental llamado “mesa de diálogo” fue retirado del juego mediante diplomática renuncia.
En el marco de estas cavilaciones nos encontramos con la publicación en el Diario El Nacional, edición del 22-01-2017, de las acostumbradas y tradicionales predicciones de la famosa astróloga Adriana Azzi, las cuales resultan coincidentes con lo que sucede en la realidad nacional y con la afirmación del locutor mañanero sobre el gobierno del mal. Es decir, los astros dicen claramente lo que nos está sucediendo y lo que nos depara el año 2017. Al respecto- señala la astróloga, lo siguiente: “Las cartas del Tarot para Venezuela se resumen en un solo arcano: el número 13, la muerte en posición invertida cuya asociación astrológica es Plutón-Hades, el señor del inframundo de la mitología, en este caso aspectado en oposición al signo del país, que es cáncer. Plutón afecta directamente a nuestra amada nación, creando una percepción, más bien una sombra, de la imagen que tenemos de ella que puede ser muy amenazante”.
Plutón-Hades, nombres mitológicos, han encarnado en hombres y mujeres de carne y hueso de hoy, que gobiernan mal a nuestra nación, por estar poseídos por las fuerzas del mal, “la muerte en posición invertida”. Los astros o, mejor dicho, las cartas del Tarot, no tuvieron que hacer mucho esfuerzo para revelar lo que tenemos y pronosticar lo que vendrá si las fuerzas del mal siguen actuando sin que las fuerzas del bien las detenga. Adriana Azzi, más que una predicción astrológica, ha elaborado un diagnóstico de la realidad nacional.
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