Absalón Méndez Cegarra
Los venezolanos, los pocos que
quedamos en el país, debemos reflexionar un poco más objetiva y seriamente sobre las cosas que han venido sucediendo en
los campos políticos, económicos y sociales. Nada de lo que ocurre debería sorprendernos porque todo ha sido obra nuestra
por acción u omisión.
A Hugo Chávez lo llevamos nosotros, los venezolanos, al poder y le permitimos hacer todo lo que le
dio su voluntad. Y, la sucesión dinástica la permitimos, también. Muy poco hicimos para detener el
desenfreno.
Dos libros, uno, de vieja data, y, otro, de reciente
publicación, son de lectura obligatoria para tratar de entender, comprender y
explicar la dinámica socio-política de la Venezuela actual. Ambos libros tienen
un mismo contexto: la elección de una Asamblea Nacional Constituyente (ANC)
para la redacción de una nueva Constitución.
El primer libro, coordinado por
los académicos Luis Salamanca y Roberto Viciano Pastor, reúne un conjunto de
ensayos sobre la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, bajo el
título: “El Sistema Político en la Constitución Bolivariana de Venezuela”,
fruto de la ANC electa e instalada en el
año 1999. (Vadell hermanos, editores. Valencia, 2004). Y, el segundo libro,
compilado por los académicos Allan R. Brewer-Carías y Carlos García Soto, reúne, igualmente, una diversidad de ensayos, pronunciamientos y
documentos, de gran valor, bajo el título: “Estudios sobre la Asamblea Nacional
Constituyente y su Inconstitucional convocatoria en 2017” (Editorial Jurídica
Venezolana. Colección Estudios Jurídicos N° 119. Caracas, 2017).
En el primer libro, encontramos
la explicación cabal de lo que estamos viviendo y padeciendo en Venezuela. Los constituyentes
de 1999, seducidos por el mesías-redentor,
diseñaron un sistema político del
cual nos estamos resintiendo en la actualidad. La CRBV reforzó y fortaleció al
máximo el presidencialismo y el papel de
las Fuerzas Armadas en la conducción de
la vida nacional y los cobijó bajo un manto que, bien puede considerarse, un
super poder: la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia. La
separación orgánica de las distintas ramas del Poder Público se convirtió en
fantasía y, en especial, el Poder Legislativo, fue vaciado de facultades. Esta
trilogía institucional, constituye la verdadera Constitución y la estructura
del sistema político de la República, lo demás del contenido constitucional
luce decorativo, incluyendo, la
concepción de democracia directa, participativa
y protagónica y el enunciado en materia de derechos humanos con
todo lo avanzado y vanguardista que se
nos presenta.
Este es el legado de Chávez, el
cual resulta incómodo, inexplicablemente, a su heredero en el poder, motivo por
el que dicho heredero, para salir de las
ataduras que le asfixian, convoca, inconstitucionalmente, otra ANC, según dice,
no para cambiar la Constitución de 1999, sino para reforzarla, sin dejar de
señalar, que, la ANC será plenipotenciaria
y su resultado originario.
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