Absalón Méndez Cegarra
El gobierno que tenemos en la
República de Venezuela padece de una grave enfermedad mental. Está psicótico.
La psicosis, según la Enciclopedia de Medicina y Enfermería, se define como:
“Un trastorno mental grave de origen orgánico o emocional que se caracteriza
por una alteración o desorganización extrema de la personalidad, y que se
acompaña con frecuencia de depresión grave, agitación, conducta regresiva,
ilusiones, delirios y alucinaciones, que alteran de tal forma la percepción, la
línea de pensamiento, las respuestas emocionales y la orientación personal, que
el individuo pierde el contacto con la realidad, es incapaz de realizar una
actividad social normal y habitualmente requiere hospitalización. Entre los
tipos de psicosis pueden mencionarse la psicosis alcohólica, la psicosis
bipolar, la psicosis de Korsakoff, la paranoia, la esquizofrenia y la psicosis
senil”
Desde los tiempos de Chávez la
población nacional venía observando tales manifestaciones de perturbación
mental en el gobierno, las cuales se han acentuado de manera poderosa con la
sucesión gubernamental. La enfermedad mental es individual; pero, la suma de
individualidades enfermas, permiten hacer extensivo a un colectivo, en este
caso, el gobierno, el padecimiento de la enfermedad. Nadie, en Venezuela y en el
exterior, puede dudar de la disociación que tiene el gobierno con la realidad
que se vive en el país. Sólo un
perturbado mental puede imaginarse, tal alucinación, que en Venezuela se vive
el paraíso pintado por el Vice-Presidente Ejecutivo en su comparecencia ante el
TSJ para rendir, no cuentas, sino cuentos, de una acción de gobierno que no se compadece
en lo más mínimo con la realidad nacional. Para vender esta idea de irrealidad
tenía que buscarse un escenario de eunucos, de castrados mentales, que en
silencio cómplice, admitieran como real lo que no es real. ¿Quién va a
verificar estas cuentas-cuentos?
La demostración palpable de
la disociación que sufre el gobierno es que estamos
gobernados por un muerto. Hugo Chávez,
al parecer, vive, extrañamente, y, gobierna. Las 24 horas del día lo tenemos
vivito y coleando en toda la inmensa gama de medios radiales, televisivos e
impresos propiedad del gobierno (PSUV), aunque se les
presenta como propiedad de todos los venezolanos. El Presidente de la República
parece de ficción, suerte de ventrílocuo, por medio del cual habla diariamente
Hugo Chávez, el “comandante eterno”. Ahora bien, esta situación puede tener
otra lectura. Tratarse de una estrategia de Maduro para que el pueblo recuerde
que es de Chávez y, no de él,
exclusivamente, la
responsabilidad por la destrucción del aparato productivo nacional, lo que, en efecto, es cierto.
Otra gran demostración de las
alucinaciones gubernamentales, como hemos dicho, es la presentación de la Memoria y Cuenta del tren
ministerial. Sarta de mentiras, para
hacer creer al país y a la comunidad
internacional que estamos muy bien, viviendo en el paraíso terrenal, con lo
cual el propio engañado es el mismo gobierno, por lo contradictorio que
resulta. Veamos las cifras oficiales. La pobreza extrema disminuyó de 10,8%, en
1998, a 4,4%, en el año 2016. El Estado reconoce que hay población que vive en
pobreza a pesar de destinar el 71,4% de
los ingresos públicos en inversión social. Queda sólo 28,6% para cubrir la totalidad
del gasto público. De cada diez personas con derecho a pensión, se le ha
otorgado a 9, es decir, el 90% de las mujeres mayores de 55 años tiene pensión
por vejez; igualmente, los hombres mayores de 60 años, lo que da un total de
3.283.034 pensionados; pero, las cifras censales revelan otra cosa. Para el año
2016, el INE proyectó un tamaño poblacional
de 31.028.637. Un 14% de esa población era mayor de 55 años de edad y
toda no estaba pensionada. El gobierno
no puede hacer demagogia con las pensiones por vejez que otorga el IVSS. El mayor número
de pensionados corresponde al otorgamiento de prestaciones pre-pagas. Personas
con derecho. La tasa de desempleo la estima el gobierno, en 7,5%, promete
disminuirla, en el 2017, a 4,5%, situación de pleno empleo, en momentos de
total recesión económica. I35 aumentos salariales. Aumentos que ha devorado la inflación, a la que no se hizo
referencia alguna. Finalmente, 1.500.000 viviendas. Sin negar que la Gran
Misión Vivienda Venezuela, haya construido un importante número de viviendas,
el gobierno incluye como viviendas construidas la pintura de ranchos y
edificios, lo cual no es construcción de viviendas. Enfermedad mental. Alucinaciones
y delirios.
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