Absalón Méndez Cegarra
Esta primera semana del mes de agosto, 2017, pocos días después del gran
fraude electoral para designar a los integrantes de la espuria Asamblea
Nacional Constituyente (ANC), tal como se esperaba, ha sido sumamente
noticiosa para Venezuela, pues hemos tenido importantes
acontecimientos internacionales e internos que han dado la vuelta al mundo.
En la esfera internacional
destacan, por su importancia, dos. El primero, el pronunciamiento de más de 40
países de la comunidad internacional desconociendo a la ANC y a sus actos; y, el segundo, las sanciones
impuestas por el Tesoro de los Estados Unidos a varios altos funcionarios
venezolanos, incluyendo, el Presidente
de la República. Estas medidas, aparentemente parecen no molestar a las
cúpulas gubernamentales; pero, las repiten tanto y conceden tal significación,
que, obligan pensar que les importa e inquieta mucho. El gobierno
norteamericano no sanciona a Venezuela ni a los millones de venezolanos que carecemos de
recursos internos o externos, no nos
congelan cuenta alguna, simplemente, porque no las tenemos o tenemos pocos
ahorros, sanciona a peces gordos, con
mucho dinero y bienes en el imperio y, eso, sin duda, duele en el alma y en el bolsillo, porque ese es el paraíso
donde todos quisiéramos disfrutar de la riqueza bien o mal habida.
En el plano interno, las noticias
han abundado; pero, destacan seis, a nuestra manera de ver. Primera, las
órdenes impartidas por el Presidente de la República a la ANC. Ya, el Presidente ha dicho lo que
debe hacer la ANC, entre otras cosas, acabar con el Ministerio Público y con
los Diputados a la AN; por consiguiente, la ANC no será ni originaria, menos
plenipotenciaria, sino un apéndice del gobierno nacional para satisfacer
apetitos de poder. Con razón, la Fiscal
la califica de Constituyente Presidencial y, por oponerse a ella, la juez
suprema Iris Varela, ya, la envió presa al INOF. Segunda, las últimas
declaraciones de la Fiscal General de la República, Dra. Luisa Ortega Díaz. La
cabeza del Ministerio Público ha denunciado al gobierno nacional por actos de corrupción y lo ha expuesto ante
el mundo entero en su más completa
desnudez, como reo de fechorías contra
el Tesoro Nacional y la fe de todos los venezolanos. Un genio como Odebrecht,
el gigante de la construcción-corrupción
brasileño lo ha hecho posible. La Fiscal ha estado a punto de señalar a
los beneficiarios de coimas o mordidas, comisiones, las llamamos nosotros;
pero, posiblemente, sea una carta guardada cuidadosamente para el final, cuando
la cortina de humo comience a disiparse. La Fiscal, con datos de la FAO, ha
dicho que la cantidad de dinero que
Odebrecht pagó en Venezuela, para lograr
sus contratos de obras y dejarlas inconclusas, es la que se necesita para saciar el hambre
durante un año de los millones de seres humanos que la sufren en el planeta, motivo suficiente para invocar
a Dios y rogar que bendiga a este pueblo. Tercera, el hermoso mensaje del
Obispo de San Cristóbal, excelentísimo señor Mario Moronta Rodríguez. El
Obispo, pastor de la Iglesia
Católica, envía a los venezolanos,
un mensaje de fe y esperanza, no sin
antes hacer una muy seria y reflexiva critica sobre los acontecimientos
recientes. El Obispo implora, también, la mano
protectora del Santo Cristo de La Grita y de Nuestra Señora de La
Consolación de Táriba, patronos del sufrido, maltratado, pueblo del Estado
Táchira. Cuarta, el video del Alcalde Metropolitano Antonio Ledezma. Unas
reflexiones muy sentidas, hechas desde lo más íntimo de su ser, con las que se puede o no estar de acuerdo;
pero, que alertan sobre errores cometidos y, lo más importante, la necesidad
de corregirlos y retomar la lucha
correcta. Quinta, el regreso a prisión de Ledezma y López, dos víctimas
inocentes de los hechos que se le imputan. Los dos son los trofeos del gobierno
nacional. Expresión pura del odio y resentimiento social y de la barbarie
política. Sexto, finalmente, la gota que derramó el vaso. La denuncia, con
pruebas contundentes, de la empresa
Smartmatic, traída al país por Jorge Rodríguez, para automatizar el
Poder Electoral y convertirlo en el mejor y más seguro del mundo. ¿Qué van a decir, ahora, si el dueño del
monstruo, ha hablado y dicho la verdad? En un país serio, el Presidente de la
República, sus Ministros, los Rectores del CNE, los Magistrados del TSJ, el
Defensor del Pueblo, el Contralor y la cúpula corrupta del PSUV, ya, hubiesen
procedido a renunciar, abandonar sus cargos y el país, pues, es demasiado el
daño causado a la nación.
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