Absalón Méndez Cegarra
“La venganza de Analía” es el título de una serie televisiva producida en Colombia por el Grupo Caracol (Caracol televisión) y ambientada en el país hermano, serie en la que sobresalen, en nuestra opinión, dos aspectos esenciales que llaman la atención. Uno, la belleza paisajística de Colombia. Otra, la dinámica política y socio- familiar de la sociedad colombiana. En política, las ansias de poder, las cuales no tienen límite, no importa lo que deban llevarse por delante, inclusive, a la familia, para ello la corrupción y el crimen, son los mejores acompañantes. La dinámica familiar a veces sirve de aliada circunstancial a la política brindando apoyo incondicional; en otras oportunidades, como en este caso, al descubrir el poder del mal y de la dominación, termina por ser su peor enemiga y su delatora principal.
No somos expertos en cine ni nada por el estilo; pero, se trata de una serie bien llevada, con un elenco de artistas de primera línea y una trama en la que la imaginación de los libretistas jugó un papel menor debido a la realidad de los hechos que se encubren con imaginación. No es mera coincidencia. Es realismo puro.
La trama de la serie según sus libretistas es muy sencilla: una estratega política- Analía Guerrero , residenciada en México, país en el que asesoró la campaña electoral de un candidato a Alcalde, con gran éxito, decide regresar a su país de origen, Colombia, a vengar el asesinato de su madre, ocurrido hace veinte años, presenciado por ella, siendo niña, perpetrado por un joven que comienza a hacer carrera política- Guillermo León Mejía- cabeza de una familia rica y poderosa, enferma de poder, vinculada a otra familia aristocrática colombiana, pero, de mejores principios morales, cuyo hijo: Pablo de la Torre, se ve obligado por las circunstancias a intervenir, también, en la política, convirtiéndose en enemigo personal y político de León Mejía y en defensor de su eterna enamorada: Analía, cuyo nombre verdadero, es Ana Lucía. No se trata, aunque parezca, de una novela rosa o romántica, no, al contrario, es un análisis desgarrador del hacer política, no de la política, en nuestros países y, posiblemente del mundo entero.
La trama de esta serie televisiva puede ser llevada a cualquiera de los países latinoamericanos y caribeños. Sustituyendo los actores principales: Guillermo León Mejía, Analía Guerrero y Pablo de La Torre, por personajes políticos nuestros, bien puede ser la Venezuela del 28J, el escenario donde se suceden los acontecimientos de la “venganza de Analía”
Guillermo León Mejía, candidato presidencial por el partido “Fuerza Democrática” guarda un gran parecido en el actuar con la cúpula del partido político en el poder, en sus deseos de querer mantenerse en el poder indefinidamente y a costa de lo que sea.
La carrera política de León Mejía - cualquier nombre sustituto del hacer político nuestro es válido- se ha caracterizado por el abuso de poder, la violación del orden constitucional y legal, la corrupción generalizada, el desprecio hacia la mujer a quien considera un simple objeto para sus apetencias sexuales, el asesinato, la desaparición forzada de personas, la persecución política, la privación de la libertad por razones políticas, la expulsión del país, el fraude electoral y, en general, la violación de los derechos humanos. Esta es su carta de presentación con la que se pretende optar a la presidencia de la República.
Analía Guerrero, es la víctima de la familia constituida por León Mejía. En su inmensa mansión hace suya a toda la servidumbre y, mediante actos de violación, embaraza a cuanta mujer se
pone por delante y, una de ellas, es la “sirvienta” madre de Ana Lucía, hoy, Analía, quien, le inquiere se responsabilice de la paternidad de su hija e inicia el juicio correspondiente. Esto significó su condena de muerte. La corren de la casa junto a su hija y luego la atropella con su vehículo causándole la muerte. Analía, se salva, porque huye en medio de la noche. Analía, es expuesta a todas las rudezas de la vida, pero, logra superarlas y encontrar una mano amiga que la ampara. Convertida en toda una estratega política, es contratada por León Mejía, forma mediante la cual se infiltra en la política de podredumbre de este aspirante a la presidencia de la República y descubre sus horrores, entre otros, el de ser su padre, asesinar a su madre y querer asesinarla a ella.
En el contexto político venezolano actual, el personaje de Analía es encarnado por la “mujer de hierro”, la nueva heroína venezolana, MCM, y, por toda Venezuela, quien ha vuelto al ruedo político para hacer justicia, no venganza, para hacer democracia, fraternidad, reconciliación, progreso, desarrollo y bienestar social. Para liberar al pueblo de Venezuela del yugo de un supuesto gobierno “revolucionario bolivariano” que solo ha servido para destruir el país y el carácter de la venezolanidad hasta hacernos extraños unos a otros. Para poner al descubierto de lo que es capaz un régimen autoritario y despótico que carece de todo tipo de escrúpulos, llegando al extremo de robarse una elección presidencial ganada gallardamente por su contendor, un hombre de bien.
Pablo de La Torre, es la representación del bien, del político que sabe hacer política, que no miente, ni engaña. Sustituye en la trama de la serie, al candidato opositor de León Mejía, quien pierde la vida en atentado hecho por León Mejía, atentado en el que pierde la vida la esposa de León Mejía y casi la de sus hijos, solo por querer asesinar a Pablo, sin importar el costo que ello significa, lo importante es mantenerse el poder, motivo por el que Pablo, sin buscarlo ni quererlo asume la responsabilidad de la conducción política de su partido, tal como ha sucedido en Venezuela con EGU, ganador incuestionable en las elecciones presidenciales del 28J, a quien se le pretende arrebatar, “por las malas” el triunfo obtenido en buena lid.
Lo importante de esta trama y la gran similitud con el proceso electoral de Venezuela 2024 es la actuación de Analía, representada en Venezuela por MCM. Analía, con apoyo de gente pobre y humilde, habitantes de un barrio pobre de Bogotá, logra montar dos grandes aparatos. Uno, de custodia y seguridad. Y, otro, de alta tecnología de información y comunicación. El primero, le garantiza seguridad y la libra de cientos de atentados en su contra, superando cualquier tipo de obstáculo, burlando, así, los atropellos de los Cuerpos de Seguridad del Estado, puestos a disposición de León Mejía. El segundo, es un bunker tecnológico, manejado por tres personas, que logra interferir e infiltrar el andamiaje tecnológico de León Mejía, es decir, del gobierno, del CNE, y superarlo con creces, al punto de obtener rápidamente los resultados electorales reales y darlos a conocer de inmediato al mundo entero. El CNE ha quedado para vergüenza nacional. Todos sus miembros, salvo los que ayudaron a desnudar el fraude, deberían ir presos por la comisión de delitos electorales.
Analía, con ayuda de Pablo y sus protectores, al final, cambia su sed de venganza de muerte por justicia. Y, precisamente, Justicia es lo que clama el pueblo venezolano.
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