Absalón Méndez Cegarra La política, más allá de su conceptualización teórica, es una actividad de servicio público. Surge y aparece asociada a la cosa pública, al gobierno, a la res pública. La política y el ser político entraña una vocación, un proyecto político e ideológico. Un político sin proyecto, sin ideología, es una nulidad. El político ambiciona el poder; pero, ese poder debe ser para ponerlo al servicio público, al bienestar de la humanidad. Ya, lo decía nuestro Libertador Simón Bolívar: “un talento sin probidad es un azote”. En el año 1998, mediante elecciones libres y democráticas, llegó al poder en Venezuela una casta de militares aliada con civiles, encabezada por un hombre sin talento y sin probidad, movido, por alguna razón, por sentimientos innobles, por resentimientos inexplicables, sin ideología política, sin proyecto político alguno, un aventurero de la política que encontró poderosos aliados en los factores de poder en Venezuela para el momento, quienes, en un...
Licenciado en Trabajo Social, Abogado, Doctor en Ciencias Sociales y Coordinador del Postgrado Integrado en Seguridad Social en la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales (FACES) de la Universidad Central de Venezuela (UCV).