POBREZA Y PROPIEDAD PRIVADA
Absalón Méndez Cegarra
La pobreza como situación de una persona en particular y como fenómeno social, colectivo, ha acompañado a los seres humanos desde el mismo instante de su aparición en el planeta e inicio de su vida gregaria.
La pobreza es y ha sido objeto de estudio por parte de diversas disciplinas científicas. Son innumerables los estudios e investigaciones que existen al respecto. La bibliografía es copiosa en todos los idiomas. No nos equivocamos si decimos que, posiblemente, se trata del fenómeno social mayormente estudiado.
La agenda de los gobiernos del mundo y de los organismos internacionales mantienen como punto de discusión permanente el tema de la pobreza. En la aparente solución del problema de la pobreza se gasta, decimos bien, se gasta, no se invierte, incalculables recursos económicos, financieros y de otro tipo, sin mayores resultados, como lo evidencia las gigantescas manchas de pobreza que observamos en todos los países del mundo, en unos más que en otros.
La pobreza suele identificarse con ingresos económicos, con privación de recursos para adquirir los más elementales bienes y servicios para satisfacer necesidades humanas; pero, esta noción, si bien es correcta en términos de agrupación de la población en estratos o clases sociales, no explica nada, más allá de la falta de ingresos o un bajo nivel de ingresos, lo que permite clasificaciones sobre el particular (línea de la pobreza, Necesidades Básicas Insatisfechas, pobreza extrema, etc.) y, la razón es que hay pobreza en el ser humano y en los pueblos que los agrupan, inclusive, en la abundancia de recursos económicos. El fenómeno de la pobreza es multicausal y se concreta de diversas formas o maneras, razón por la que se han acuñado términos y desarrollado investigaciones sobre la pobreza desde el campo cultural, espiritual, psicológico, antropológico, entre otros, La pobreza se manifiesta en múltiples privaciones. No sólo la privación de ingresos económicos. Hay pobreza cultural, pobreza psicológica, espiritual y, por supuesto, pobreza económica, la más visible.
Este artículo no es un ensayo sobre la pobreza, sería llover sobre mojado, tampoco, un cuestionamiento a los gobiernos y organismos internacionales que a diario prometen el desarrollo de programas sociales para reducir a cero la pobreza; pero, en paralelo, ejecutan, también, políticas y programas orientadas a mantener a importantes sectores sociales, importantes por lo numeroso, sumidos en la pobreza. Queremos, simplemente, dar a conocer una curiosidad profesional, de Trabajo Social, observable en la relación pobreza-propiedad privada.
La ausencia de propiedad privada es una de las dimensiones e indicadores de pobreza, asociada con recursos económicos. Este tema es el que ha servido a las ciencias sociales, psicológicas, históricas económicas, políticas y a las religiones del mundo, para mostrar la magnitud y orígenes de la pobreza. Hay pobres porque hay ricos y, éstos, impiden que los pobres lo sean, todo lo cual ha sido explicado y teorizado de distintas maneras.
La riqueza puede lograrse de buena manera o de mala manera. De buena manera, mediante el trabajo honrado. Y, de mala manera, mediante la apropiación indebida de los recursos del otro, expropiando, engañando, explotando el trabajo del otro, etc.; por consiguiente, ser rico no es malo, ni condenable, como lo refiere el pasaje bíblico que reza: “primero pasará un camello por el ojo de una aguja que un rico por las puertas del cielo”. Lo curioso de este pasaje es, que, son los ricos, los benefactores de las obras sociales de las distintas iglesias y, por tal, nadie que ayude al prójimo puede ser excluido del reino de los cielos. El mismo mensaje del pasaje en referencia, lo encontramos mucho antes y coetáneamente en teorías filosóficos de la antigüedad, en teorías políticas como la de Hobbes (el hombre, lobo del hombre), sociológicas y antropológicas como las que explican la esclavitud del hombre, y, las económicas de la explotación del hombre por el hombre y la plusvalía.
Un autor de nuestro tiempo, Amartya Sen, Premio Nobel de Economía, ha resuelto el asunto de la pobreza por la vía de las oportunidades. El pobre, en consecuencia, lo es, porque se le ha negado oportunidades y, también, porque no ha aprovechado las oportunidades habidas.
La curiosidad empírica, no respaldada por ningún estudio científico, nos muestra con diversidad de manifestaciones y ejemplos, que no existe un ser humano más apegado a la propiedad que el pobre, lo cual contraría mucha de la teoría escrita sobre la pobreza. Al igual, no existe traba más difícil de vencer para que una persona se acerque al poder, que la custodia del pobre, para ejemplo, los porteros, guardaespaldas y policías.
En el sector donde vivimos desde hace muchos años, en una casa pequeña, pre construida, sólida, cómoda e higiénica, ha llegado recientemente una familia, al parecer, extendida, con evidentes signos de riqueza reciente, lo que se ha popularizado en llamar “enchufados”. Inmediatamente, han procedido a ranchificar la vivienda, construyendo una casa encima, con techo de zinc, cercar con paredes de bloque un espacio abierto de estacionamiento, talar árboles centenarios y apropiarse de la calle con una hilera de cavas y camionetas de distinto tipo sin que autoridad alguna lo impida. El poder pequeño que atornilla al poder grande. El pobre histórico que condenaba al rico; pero, como decía Malula, en la Radio Rochela “con qué ganas dejaría el barrio”. Estos pobres, en la primera oportunidad, se convierten en feroces guardianes de su propiedad privada. Se cuestiona la propiedad privada del otro, por envidia, cuando no se tiene, cuando se logra, el pobre-rico es el más fiel y consecuente defensor. Materia de estudio para las ciencias sociales y económicas.
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