MENTIRAS UNIVERSITARIAS
Absalón Méndez Cegarra
El doctor Ángel Rafael Lombardi Boscán, colega profesor
universitario, en fecha reciente, ha publicado, por las redes sociales,
dos artículos, cuyo contenido resulta de particular interés para
entender y comprender la dinámica universitaria del momento actual y
buscar las salidas necesarias para superar los graves conflictos
externos e internos que estremecen a la Universidad venezolana de
nuestros días. El primero de los artículos, tiene por título:
“Universidades a la deriva”, y, el segundo: “La Universidad libre y sus
venenos”. No hay desperdicio algunos en dichos artículos y, el autor,
con gran maestría y conocimiento de causa, da cuenta de la serie de
lunares que afectan afean a la Universidad y obstaculizan la
Universidad que todos queremos y quisiéramos tener para el bien de la
sociedad nacional. Leyendo y releyendo los artículos en referencia,
tropezamos con un artículo de opinión, calzado con la firma del
Vicerrector Académico de la Universidad Central de Venezuela,
publicado en el Diario El Nacional, en fecha 16-08-2015.P. 5. Opinión,
bajo el título “Tabla salarial de la UCV”. Por la importancia y el peso
universitario que tiene una opinión tan calificada como la del
Vicerrector Académico de la UCV, profesor meritorio, reconocido por su
trayectoria académica, de investigación y luchador universitario,
defensor declarado de la autonomía universitaria, conviene que su
opinión no pase desapercibida, pues, ella, nos coloca en una dimensión
muy distinta del acontecer universitario, nos muestra una Universidad
ficticia, deseada, no real, e, introduce en una serie de cuestiones
que requiere ser analizada con la mayor objetividad posible a los fines
de no generar una imagen distorsionada de la Universidad y, sobre todo,
clarificar hechos por largo tiempo mantenidos ocultos e inculpar a
otros de fallas y errores propios.
Seis (6) puntos queremos
destacar del artículo del Vicerrector Académico de la UCV, a saber: 1.El
carácter democrático del Consejo Universitario. 2. La nueva UCV,
construida durante la gestión del actual equipo rectoral. 3. La
imperturbable autonomía universitaria. 4. La aplicación de las Normas de
Homologación. 5. La fórmula errada empleada para calcular las
prestaciones sociales y los pasivos laborales. 6. La infortunada
participación gremial en la discusión de la II Convención Colectiva
Única (II CCU) y el dictamen sobre el particular de la Oficina de
Asesoría Jurídica.
Sobre algunos puntos haremos vuelo rasante
para detenernos, por razones de espacio, en los que estimamos revelan
medias verdades y falsedades de la máxima autoridad universitaria. La
Universidad venezolana, con excepción de la Universidad pensada por El
Libertador, nunca ha sido autónoma, al menos, en lo que atañe a su
financiamiento y administración; y, la Universidad de ahora, menos aun,
en consecuencia, a qué viene la referencia a una “imperturbable
permanencia de la autonomía universitaria” y a un Consejo Universitario
democrático. Las autoridades universitarias actuales, incluyendo,
algunos decanos y organismos del cogobierno universitario, se han
perpetuado en el ejercicio del mandato que les confirió, conforme a la
Ley de Universidades, el Claustro Universitario y las Asambleas de
Facultad. Hoy, nuestro gobierno universitario, en extremo parecido al
gobierno nacional, es ilegal e ilegítimo. Lo menos que han debido hacer
las
autoridades universitarias es haber convocado el Claustro y a
las Asambleas para someter a su consideración su permanencia o no en
los cargos electos. Entre nosotros, los venezolanos, cuando somos
electos o designados para ejercer algún cargo, existe la falsa
creencia, que todo lo bueno existente comienza con nuestra gestión. La
UCV, republicana, dentro de poco tiempo, cumplirá 200 años de
funcionamiento, en consecuencia, lo bueno y malo que tiene la UCV es
fruto del obrar colectivo acumulado. Una autoridad universitaria que se
considere firmemente autónoma no puede evadir responsabilidades que le
comprometen sobre manera. La Universidad no ha sido defensora de las
Normas de Homologación. Este es un punto de honor gremial, de la FAPUV,
el cual ha chocado, muchas veces, con la conducta patronal
universitaria. Igual sucede, con las Actas Convenio. La UCV,
sencillamente, incumple el Acta Convenio que regula las relaciones
laborales de la Institución y los miembros que la integran, suscrita,
formal y autónomamente, en el año 1998. Esta Acta Convenio se mantiene
vigente, a pesar de la vigencia, también, de la I CCU, la cual aceptaron
de buen agrado las autoridades universitarias, y, la aplican, pues, la
propuesta y protesta respecto a la ausencia de los empleadores o
patronos legales y legítimos de los profesores universitarios, no
provino de ellos, sino de la FAPUV, según acuerdo del 06-08-2013.
Ahora, resulta, que, la II CCU, curiosamente, en la que participa la
FAPUV, cuya firma o suscripción está por verse, es, infortunada, anti
autonómica y anti universitaria, a criterio de la Asesoría Jurídica de
la UCV, criterio que asume como propio el Vicerrector, sin proponer
nada a cambio, reparos jurídicos ausentes en la suscripción-aceptación
de la I CCU, lo que hacer perder la credibilidad argumental de la
Asesoría Jurídica y de la autoridad universitaria.
Hemos dejado
para el final un punto crucial que nos muestra completamente la actitud
falaz de las autoridades universitarias. Lo hemos afirmado muchas veces.
La Universidad, por acción u omisión de sus autoridades, se ha
desdibujado como patrono. Ellas han entregado, de muy buen agrado, a
instancias supra-universitarias no patronales, aspectos importantes de
la administración de su personal, entre ellas, todo lo referente al tema
de las prestaciones sociales y mal llamados pasivos laborales. Durante
años, las autoridades universitarias de la UCV y, somos testigos y
víctimas de excepción, sostuvieron y sostienen que, la Universidad, a
sus trabajadores jubilados, pensionados o retirados por cualquier causa,
nada deben por concepto de prestaciones sociales y mal llamados
pasivos laborales, todo ha sido debida y oportunamente cancelado,
dictamen de Asesoría Jurídica de por medio; pero, el Vicerrector,
confiesa que tal cosa no es verdad, dice, que, “ha sido empleada por
años una fórmula errada para calcular las prestaciones sociales y
pasivos laborales”.
Un viejo aforismo jurídico, sentencia, que,
cuando hay “confesión de parte”, hay, en consecuencia, “relevo de
pruebas”. Ante la mentira oculta, ahora, verdad revelada, que tiene
que decir la engañosa y cómplice Oficina de Asesoría Jurídica y, en
especial, la APUCV. Las autoridades universitarias mienten y engañan
alevosamente a sus trabajadores.
Comentarios
Publicar un comentario