TRES VENEZUELAS
Absalón Méndez Cegarra
Hace poco tiempo leímos un libro
referido a España en el que se hablaba de la existencia de tres Españas.
Tomamos en préstamo la frase para titular este artículo, pues, estimamos, que resulta muy gráfica para dar cuenta de la
Venezuela del momento.
La crisis económica, política,
social, cultural, ética y moral que estrangula a Venezuela, no ha afectado por
igual a todos los sectores de la vida nacional. La gravísima situación que
vivimos los venezolanos, causada por el desgobierno de Chávez y Maduro, por los
partidos políticos que se alternaron en el poder antes de 1999 y por los nuevos
colonizadores asiáticos, europeos y caribeños, se ha ensañado contra algunos
grupos sociales fundamentales para el crecimiento económico y el desarrollo
social del país.
Tenemos, tres Venezuelas. La primera, poblada
por los históricos y tradicionales “Amos del Valle”, la burguesía parasitaria,
banqueros, grandes industriales y comerciantes, terratenientes, etc., en franca
compañía, ahora, con los nuevos ricos: políticos de uno y otro lado, gobernantes,
“enchufados” de todo pelaje y narcotraficantes.
Esta Venezuela es la que permite afirmar que aquí no pasa nada. Todo
está muy bien. Venezuela es un paraíso. Los ricos son cada vez más ricos. Es la
Venezuela que repleta los grandes restaurantes capitalinos y atiborra los
estacionamientos aledaños de vehículos de lujo, blindados, y, además, seguida por
una caravana de escoltas, con sus respectivos coches. Un espejismo o fantasía
de país que se vende a propios y
extraños, imposible de ocultar. Para esta Venezuela no hay crisis, híper
inflación, escasez. Sus compras son realizadas en el exterior, mediante viajes
aéreos exclusivos, con puerta franca. Sí, por casualidad, tiene que realizar
alguna operación en el país, el pago es en dólares, sin inconveniente alguno,
lo que ha creado mayores dificultades a las otras dos Venezuelas, las cuales no
tienen acceso al signo monetario de los EEUU.
La segunda Venezuela, la de la
otrora capa media de la población, calificada y productiva, sector dinámico,
impulsor del crecimiento económico, mejoramiento de la calidad de vida y del
desarrollo social, es la que ha sufrido el mayor peso de la crisis, hasta
envilecerla y hacerla desaparecer por completo. Esta Venezuela es la de los
nuevos pobres, la que no tiene esperanza y futuro, la que ha tenido que emigrar
dejando en el país la obra de toda una vida tanto material como inmaterial, con
lo cual el país se descapitaliza en lo más valioso e importante de su potencial
como pueblo. Es la Venezuela que
malvive.
La tercera Venezuela, es la de
los pobres históricos. La de la pobreza secular, la que siempre ha mantenido
presencia que se amplía o disminuye a conveniencia de las políticas
asistencialistas del gobierno nacional. Esta Venezuela es el terreno del
clientelismo político que se alimenta, se abona, con los programas
asistencialistas y se constituye en la fuerza de apoyo que legitima el poder.
Sobre ella se ejerce un gran control social, dominación plena y, puede ser, ese
12%, de apoyo popular que dicen las encuestas tiene el gobierno actual. Esta
Venezuela, la de la pobreza, ayer, no tenía nada, o, casi nada, hoy, tiene un poco más: cajas clap, bonos de todo tipo, pensiones,
módulos de salud, y, sobre todo, grandes estímulos para que no salgan de su situación, no interesa que
dejen de ser pobres, pues constituyen un pilar fundamental de sostenimiento del
poder, por eso se estimula al máximo el no trabajo, pues, carece de sentido
trabajar cuando lo poco que se obtiene
con el trabajo, es decir, un salario mínimo, lo que hace la segunda Venezuela, por no tener otra posibilidad, es logrado sin
trabajar, con lo cual se evita gastos de transporte, alimentación y vestido. A
esta Venezuela se le compran sus ilusiones, se le niega el futuro y se le hace
conformista, resignada.
La existencia de estas tres
Venezuelas debe ser estudiada, analizada, con mucha atención. El fenómeno político, social, económico y
cultural que es hoy Venezuela, como un todo, tiene explicación en esta
configuración de la vida nacional. La
oposición abierta, honesta, firme y sincera, al gobierno nacional, por su
incompetencia y capacidad destructiva, la lleva a cabo la segunda Venezuela,
ella es la que pone diariamente los muertos, heridos y los privados de
libertad. Es la que sale a la calle a manifestar, a protestar, y es masacrada
salvajemente, reprimida al máximo por los cuerpos de seguridad del Estado y,
por los milicianos, fuerza de ataque extraída, curiosamente, de la tercera
Venezuela.
Comentarios
Publicar un comentario