ACADEMIA CORRUPTA
Absalón Méndez Cegarra
Absalón Méndez Cegarra
En la
edición de La Razón, N° 1.258, 28 de abril al 4 de mayo de 2019, fue
publicada, en primera página, una información bajo el título: “Reparten
Doctorados”. La información refiere a lo sucedido recientemente en la
Universidad Católica Santa Rosa, en apariencia regentada por la
Arquidiócesis de Caracas; pero, en verdad, controlada plenamente por el
gobierno nacional, lo cual no ofrece duda alguna al conocer el nombre de
uno de los miembros del Consejo Superior, el sacerdote Numa Molina,
portavoz del mal gobierno chavista-madurista, quien acompañó a los
funcionarios gubernamentales en la celebración de la masacre cometida en
la frontera colombo-venezolana y brasilera-venezolana cuando el
gobierno de Juan Guaidó intentó, sin lograrlo, en ese primer momento,
ingresar al país la ayuda humanitaria ofrecida por países amigos.
La
Universidad Santa Rosa, tomada por el gobierno de Maduro, es, entonces,
la fábrica de doctorados con la que los altos funcionarios lavan su
vergüenza, cubren o llenan la falta de requisitos académicos para
ocupar los cargos que ostentan, al frente de instituciones como el TSJ,
CGR, Ministerio Público, Ministerio de Educación Universitaria, lo que
revela la serie de irregularidades cometidas en sus designaciones, pues,
las mismas se dieron de manera irregular, sin que los nombrados
cumpliesen con los requisitos legales exigidos por la Constitución y la
Ley.
El TSJ, se ha convertido en un lugar en el que se cometen
las más insólitas violaciones al ordenamiento jurídico. El TSJ, no es
cualquier institución, es el máximo Tribunal de la República, es la casa
de la jurisprudencia, de la interpretación de las leyes y del control
jurisdiccional. De los magistrados que lo integran se espera no sólo
conocimientos y capacidad jurídica sino idoneidad para el ejercicio de
la magistratura judicial. Pero, un gobierno, como el que hemos padecido,
interesado en pervertirlo y prostituirlo todo, ha hecho de esta casa
una letrina.
Lo sucedido en la Universidad Santa Rosa con el
conferimiento de títulos de doctor por razones de afiliación política,
sin cumplir los agraciados con los requisitos exigidos por la Ley de
Universidades y, particularmente, por la Normativa General de Estudios
de Postgrado, dictada por el Consejo Nacional de Universidades (CNU)
para regular los Estudios de Postgrado en el país, organismo presidido
por el Ministro de Educación Universitaria, quien, según la información
de prensa, está involucrado en esta rebatiña doctoral, es una clarinada
de alerta para todas las instituciones universitarias y los organismos
autorizados por el CNU para desarrollar Programas de Postgrado. La
Universidad Central de Venezuela (UCV), es pionera de los Estudios de
Postgrado en América Latina. La UCV, está a la vanguardia de estos
Estudios en el país, tanto en número de Programas aprobados por las
instancias académicas internas como autorizados y acreditados por el
CNU, con la debida certificación del Consejo Consultivo Nacional de
Estudios de Postgrado, instancia creada por el CNU para velar por el
estricto cumplimiento de las normas que rigen los Estudios de Postgrado,
su seriedad, rigurosidad y excelencia académica.
En la
actualidad, a diferencia del pasado, el Doctorado, no, es, la
prolongación del pregrado ni se obtiene como aditamento de la carrera
profesional. Se trata de Estudios de Postgrado del más alto nivel,
orientados a la investigación y producción de conocimientos. Estos
Estudios de IV nivel culminan con la presentación y defensa de una Tesis
Doctoral, que, según la Ley de Universidades,
debe ser un
trabajo original, el cual es examinado por un Jurado integrado por 5
miembros, quienes deben tener el título de Doctor y reunir elevados
méritos científicos y académicos.
Hasta el presente, el Consejo
Consultivo de Estudios de Postgrado y el CNU se mostraban extremadamente
rigurosos para dar la autorización, acreditación y re acreditación de
un Programa de Postgrado, presentado para su consideración por las
Universidades. La rigurosidad se incrementaba si la peticionaria era una
Universidad Autónoma. Pero, según parece, lamentablemente, y, así lo
revela la Universidad Santa Rosa y sus doctorados complacientes, todo
esto se ha venido al suelo, lo que plantea a las Universidades serias
del país, desconocer la autoridad del CNU en esta materia y fortalecer
las instancias académicas internas que evalúan y monitorean los
Programas de Postgrado, nuevos y en desarrollo, pues, mal pueden cumplir
estas funciones quienes han desacreditado los Estudios de Postgrado,
prostituyendo los Programas Doctorales.
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