SEGURIDAD SOCIAL EN EL SIGLO XXI
Absalón Méndez Cegarra
Absalón Méndez Cegarra
En reunión celebrada en el
Área de Postgrado en Seguridad Social de la UCV, el distinguido
profesor Carlos Daly, a cuyo cargo está el Seminario: Economía y
Seguridad Social, del Programa Doctoral en Seguridad Social, llamó la
atención respecto a lo que viene aconteciendo en el mundo en torno a la
Seguridad Social, motivo por el que señaló que el siglo XXI, bien podría
ser el siglo de la Seguridad Social. El siglo XIX, fue, el siglo del
nacimiento de los Seguros Sociales, instrumento concebido por Bismarck,
en la Alemania de 1883, para garantizar protección social a los
trabajadores en caso de contingencias como la enfermedad, el accidente y
la jubilación; pero, también, para frenar la potencialidad conflictiva
de un movimiento laboral en ebullición alimentado por el pensamiento
socialista. El siglo XX, es, definitivamente, el siglo de la Seguridad
Social, concebida de manera distinta, como sistema de protección social
con vocación universal y definida como un derecho social y humano, tal
como fue establecido en los artículos 22 y 25 de la Declaración
Universal de los Derechos Humanos en 1948 y en el artículo XVI, de la
Declaración Americana de los Deberes y Derechos del Hombre de 1948.
La Seguridad Social se entiende y concibe en la actualidad como forma
de protección social, parte esencial de las políticas públicas, en
especial, políticas sociales, que los Estados Modernos definen bajo la
concepción de sistema de seguridad social, el cual organizado
científica, técnica y administrativamente, se orienta a garantizar a
la población de un país determinado o, a segmentos de ella, el amparo o
protección ante una serie de contingencias o riesgos de la vida
cotidiana y laboral, que, llamamos, también, hechos causantes de
estados de necesidad, a los cuales está expuesto toda persona. Esta
garantía de protección se hace efectiva mediante un conjunto de
prestaciones, que, de no existir, harían más gravosos los estados de
necesidad producidos por el acaecimiento de los hechos causantes.
El
siglo XX fue el del esplendor y desarrollo pleno de la Seguridad
Social; pero, a finales del siglo, en las décadas del 80 y 90, con el
renacimiento del liberalismo que frenó la intervención del Estado en lo
social, la Seguridad Social fue perdiendo auge, agravada su situación
con el surgimiento de un conjunto de factores: demográficos, políticos,
sociales, laborales, económicos y financieros que comenzó a abrir
importantes grietas en ese muro de protección social que es la Seguridad
Social; en consecuencia, el siglo XXI será el de la revisión y
reformulación de la Seguridad Social para adaptarla a los nuevos tiempos
y realidades.
Diversos retos y dificultades deben enfrentar la
Seguridad Social en el siglo que vivimos tanto para ampliar su cobertura
como para mantener la calidad y cuantía de las prestaciones. En países
de mayor desarrollo y con poblaciones envejecidas, tal es el caso de
Rusia, Francia, Italia, España; y, en América Latina: Chile, Argentina,
Uruguay, Cuba, las alarmas se han disparado ante el costo que significa
asumir, por ejemplo, el pago de jubilaciones y pensiones a una población
que crece aceleradamente y, sin reposición en la misma magnitud. No
olvidemos que la Seguridad Social, particularmente en lo que respecta a
jubilaciones y pensiones, fue concebida inicialmente, bajo un esquema de
protección fundado en la solidaridad intergeneracional. Este esquema,
hoy, se ha fracturado por completo, razón por la cual, el viejo régimen
financiero de reparto simple comienza a cambiar hacia regímenes de
capitalización individual o modalidades mixtas. Similar situación se
presenta respecto al cuidado integral de la salud. Los países
preocupados por el problema buscan
afanosamente salidas a estas
dificultades, básicamente, de carácter financiero, sin que ello promueva
la conflictividad social en sectores de población sumamente
vulnerables; sin embargo, en Venezuela, el asunto pasa desapercibido,
las agujas del reloj giran en sentido contrario y la dirigencia nacional
voltea la mirada hacia otro lugar, atizando y dirigiendo, diariamente,
la candela hacia un barril lleno de pólvora.
El siglo que
vivimos, ciertamente, es el de la Seguridad Social, mejor, de la “nueva
Seguridad Social”. La Seguridad Social es un poderoso factor que
impulsa el desarrollo de los pueblos del mundo. La Seguridad Social se
traduce en desarrollo económico y social, progreso material, calidad
de vida y bienestar de todo el colectivo social, por eso se le considera
el macro indicador del desarrollo. Nada despreciable.
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