EME RGENCIA HUMANITARIA COMPLEJA
Absalón Méndez Cegarra
Absalón Méndez Cegarra
El señor
Presidente de la República de Venezuela, a su regreso de la 73a reunión
de la ONU, en la que participó como Jefe de Estado e intervino ante un
auditorio vacío, al llegar al país declaró, que, su presencia y
participación en la ONU, había sido un triunfo total. Llevó la verdad
de Venezuela a todos los países del mundo y pudo recorrer la ciudad de
Nueva York, libremente.
La apreciación del señor Presidente, es,
lamentablemente, equivocada. Su viaje intempestivo estuvo motivado por
una supuesta reunión con el Presidente de los Estados Unidos, la cual
no tuvo lugar; es más, el Jefe del Estado Norteamericano ni siquiera
estuvo presente durante el discurso del Presidente de Venezuela, al
igual que buena parte de los Jefes de Estado y delegaciones oficiales de
la gran mayoría de países integrantes de la Organización, por
consiguiente, su mensaje no tuvo destinario alguno, quedó para el
consumo interno, básicamente, de sus acólitos, mediante varias cadenas
nacionales de radio y televisión.
El discurso presidencial ignoró
las formalidades que se estilan en estos foros internacionales,
esencialmente diplomáticos y políticos; y, nos atrevemos a decir, que
perdió una gran oportunidad para mostrarse como Jefe de Estado de un
país libre y soberano ante la comunidad internacional. Solo tenía que
reconocer que tenemos problemas, muy serios, por lo demás, sí, quería
adicionar algo a su favor, que los mismos se están enfrentando con
dificultades y, aprovechar la ocasión, para pedir la cooperación
internacional. La soberbia y el auto engaño no lo permitieron. El
Presidente, prefirió la vía fácil de condenar supuestas agresiones y
sanciones, no al pueblo de Venezuela, sino a altos funcionarios
gubernamentales, Presidente, incluido, con el insulto. Refutó con
insultos, agresiones y ataques, precisamente, lo que quería condenar.
Reprochó a la comunidad internacional que ha tenido a bien, por estar
bien informada de la realidad nacional venezolana, pronunciarse sobre el
gobierno y sus ejecutorias, todo lo cual está a la vista del mundo
entero, debido a la amplia difusión de los medios internacionales de
comunicación en un planeta globalizado en el que todo se conoce en
tiempo real, al instante de producirse los hechos.
El Presidente
habló durante 50 minutos. Utilizó casi dos tercios de su tiempo
agrediendo al Jefe de Estado de los EEUU, para concluir, rogando que el
Presidente de los EEUU lo recibiera y estrechara sus manos. Algo
insólito.
La verdad de Venezuela y de los venezolanos la conoce
ampliamente la comunidad internacional. Un país destruido en todos los
sentidos. Su economía, organización política, social, el ser nacional,
la idiosincrasia de venezolano, sus símbolos patrios, signo monetario y
el arraigo de sus hijos, quienes han huido masivamente para no compartir
con los que nos quedamos sus necesidades y penurias.
El
Presidente no llevó a la ONU la verdad. Llevó, en grado superlativo, la
mentira, el engaño, lo que es costumbre gubernamental. La verdad hace
tiempo la conoce el mundo y para reiterarla
tenemos la más
reciente edición de la Encuesta de Condiciones de Vida (ENCOVI, UCAB,
USB, UCV). Para el año 2017, según la Encuesta, el 87% de la población
se encontraba en situación de pobreza; y, de ese porcentaje, el 61,2% en
situación de pobreza extrema. Este deterioro de las condiciones de vida
del venezolano es consecuencia directa del mal gobierno del Presidente,
quien, ha sepultado por completo, inclusive, los pequeños logros
sociales de su antecesor en algunos sectores de población.
El
Informe del Programa Venezolano de Educación-Acción en Derechos Humanos
(PROVEA), correspondiente al año 2017, de amplia difusión mundial, da
cuenta pormenorizadamente de la muy grave situación nacional, imposible
de ocultar, por muchas mentiras que se inventen. El Informe de PROVEA,
señala, que: “Debido a la evolución de la situación venezolana, las ONG
han calificado la crisis como una Emergencia Humanitaria Compleja (EHC),
la cual es definida como “situaciones en las que la causa de la
emergencia y la asistencia a los afectados están vinculadas en gran
medida a consideraciones de origen político, y no a un conflicto bélico o
una catástrofe natural.” Ciertamente, la catástrofe de Venezuela es
política. El gobierno, tozudamente, persiste en generar malestar y
conflictividad social. No resultará fácil la superación de la EHC. Ello
tardará tiempo y mucha ayuda nacional e internacional, por lo que todos
debemos empezar ya, de inmediato. Mañana, es tarde.
Comentarios
Publicar un comentario