VENGANZA PERSONAL
Absalón Méndez Cegarra
En el programa televisivo del día
domingo 24-06-2018, conducido por un inefable personaje de la política
venezolana, fue entrevistada la actual Vice-Presidenta de la República Delcy
Rodríguez Gómez, hermana del Ministro Jorge Rodríguez Gómez, ambos, hijos del
dirigente estudiantil de los años 60, Jorge Rodríguez, muerto por torturas
aplicadas en su humanidad por la policía
política del momento, tal como ocurre en nuestros días con los procesos
políticos. La misma historia.
Los estudiantes universitarios de
la época recordamos a Jorge Rodríguez, dirigente y líder del movimiento
estudiantil, impetuoso, rebelde, carismático, animado por el sarampión marxista
que contagió la juventud universitaria de esos años venezolanos, en tiempos de luchas guerrilleras urbanas y
rurales, en intento fracasado, ayer, triunfante, hoy, de importar la revolución
cubana de los hermanos Castro.
Los venezolanos creíamos, hasta
el día de la entrevista citada, que la mal llamada “Revolución Bolivariana” era
obra del pensamiento político-ideológico y de redención y justicia social de un pequeño grupo de militares en alianza
con civiles, motivado por la pésima
conducción política y la grave situación económica y social del país a la que
la habían llevado la dirigencia de los
partidos Acción Democrática y COPEI, en sus alternancias gubernamentales a
partir del derrocamiento del gobierno del General Marcos Pérez Jiménez; pero, la todopoderosa hija de Jorge Rodríguez, alta funcionaria de dicha revolución y gran
beneficiaria de la misma, para estupor de todos, ha revelado al mundo entero que la revolución que encabezó el Teniente
Coronel Hugo Chávez, de la cual ella y su hermano se han servido al máximo, no
respondía ni responde, aún, a ningún
proyecto político-ideológico, ni a ninguna otra consideración de este tipo,
sino a un plan de venganza personal ideado por los hermanos Rodríguez Gómez,
para hacer pagar a la sociedad venezolana toda
la muerte temprana de su señor padre, la cual los privó,
lamentablemente, del afecto, cariño y
protección de su progenitor. Es decir, que la “Revolución Bolivariana” es la
materialización de un resentimiento social, de un odio inveterado, de una
venganza que privó a dos hijos de la figura paterna. Hay cosas que se pueden
pensar, pero no decir públicamente, menos por parte de un alto funcionario
gubernamental.
Es posible que en el mundo
existan y hayan existido muchos otros casos de movimientos políticos que han
alcanzado el poder por cualquier vía cuya fuente de inspiración sea el odio y
el resentimiento social. Igualmente,
que la historia del poder político en Venezuela desde la época de la
independencia hasta nuestros días, sea una sucesión de cobro de deudas sociales
contraídas por las distintas generaciones de gobernantes, comenzando por Simón
Bolívar, cuya obra libertaria, entonces, debe atribuirse, hoy, a la orfandad
temprana en la que quedó, y, por que, no, a la pérdida de su primer amor en
manos de las enfermedades del trópico en una Venezuela rural e insalubre. Pero,
la historiografía patria ha tenido particular cuidado en no atribuir nuestros
hechos históricos a vicisitudes personales de sus actores.
Delcy Eloina ha roto con ese
cuidado historiográfico y no ha querido que la “Revolución Bolivariana”, para
deshonra de Simón Bolívar, pase a la historia nacional como un acontecimiento
político-ideológico. Esta “Revolución”, no es tal, es, simple y llanamente, una
revancha social, la
venganza personal de dos hermanos que corrieron la
mala suerte de no poder disfrutar a su padre, líder político, porque tempranamente se lo mató la policía
política de un régimen, el cual, posiblemente actuó, por el mismo resentimiento
social, es decir, por cobrar la deuda de
exilio, persecución política y torturas
que dejó la dictadura de Pérez Jiménez y, ésta, la del trienio adeco y, en
cadena, la de Juan Vicente Gómez, Cipriano
Castro y, así, retrospectivamente, hasta llegar a Simón Bolívar y José
Antonio Páez, héroes de la independencia
nacional.
La confesión de Delcy
sorprende, pero, no asombra. Los hechos están a la vista. En Venezuela, la
“Revolución Bolivariana”, cuyo nombre identificatorio debe ser cambiado
rápidamente, por la “Venganza de los hermanos Rodríguez Gómez” para su
beneplácito y reconocimiento debido, lo cual opaca el pacto de las “tres
raíces” de Hugo Chávez y los juramentos bajo el Samán de Guere, solo ha causado
muerte y desolación, miseria y depauperación, usufructo del poder y de las
riquezas nacionales por los vengadores
de una muerte injusta.
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