Ir al contenido principal

PLAN DE LA PATRIA

                                                                                                                        Absalón Méndez Cegarra

El convencionalismo adoptado en la actualidad para medir el paso del tiempo,  nos indica que comienza un nuevo año, el 2014. Para Venezuela,  este nuevo año no luce esperanzador, salvo que el gobierno nacional cambie de rumbo e introduzca los correctivos necesarios para echar a andar el país por los senderos del progreso y del bienestar social.
Venezuela carga con una pesada herencia. No todo lo hecho durante estos 14 años ha sido bueno y positivo. Se han cometido muchos errores y desaciertos. La guerra económica de la que habla constantemente el gobierno es el resultado de políticas públicas inadecuadas. Las invasiones, confiscaciones, expropiaciones y estatizaciones han dejado un aparato productivo en ruinas. La corrupción que rodea al gobierno, asociada con el mal manejo de las divisas, producto de la renta petrolera, ha obstaculizado todo tipo de proyectos individuales y colectivos. La prédica permanente del divisionismo, de la separación clasista de la sociedad y el maltrato conferido a determinados sectores sociales, ha dejado un saldo social  de odio y resentimiento social. Nada se ha ganado incluyendo a unos y excluyendo a otros. Las relaciones internacionales del Estado venezolano da dividendos cuando las mismas están precedidas de dádivas, regalos y acuerdos, casi, unilaterales, de cooperación. La delincuencia se ha enseñoreado en el país, debido a un clima total de impunidad e, inclusive, de auspicio y fomento desde las esferas gubernamentales. El desconocimiento de los niveles de poder diferentes al Poder Público Nacional y la introducción de elementos de perturbación de la acción de gobierno en entidades federales y municipales, significa un irrespeto a la voluntad popular expresada en las urnas electorales y un menosprecio al juego democrático que tiene como esencia el sistema electoral.
Este cuadro de condiciones objetivas tiene que ser superado totalmente; caso contrario, el país no saldrá del callejón de conflictividad en el que estamos metidos.
El Presidente fallecido, en la última campaña electoral en la que participó como candidato presidencial, ofreció al país un plan de gobierno alejado por completo del Pacto Social y Político acordado por los venezolanos en 1999, contenido en la Constitución de la  República Bolivariana de Venezuela. Esta plataforma electoral fue asumida por el heredero político del difunto Presidente, quien, sin incorporación de algún valor agregado, lo ha establecido como su plan de gobierno y, en consecuencia, presentado a la consideración de la Asamblea Nacional, para su visto bueno, decisión que no se hizo esperar, la cual se tradujo en un acuerdo, no ley, bajo la denominación Plan de la Patria.
El Plan de la Patria es, más que un Plan, en sentido técnico, un nuevo proyecto societario de carácter ideo-político orientado hacia la construcción de una sociedad socialista en la que el Estado, como propietario de todos los medios e instrumentos de producción, incluyendo la fuerza de trabajo, lo domina todo.
El Plan de la Patria obvia que el Estado venezolano es creación de la sociedad venezolana y, por tal razón, debe sujetarse a lo que la sociedad entera establezca, no lo que establezca el gobierno del  Estado, esa es la esencia de un Estado  “democrático y social de Derecho y de Justicia, que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico y de su actuación, la vida, la libertad, la justicia, la igualdad, la solidaridad, la democracia, la responsabilidad social y, en general, la preeminencia de los derechos humanos, la ética y el pluralismo político”.
Lo establecido en el artículo 2 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela constituye el mandato que los venezolanos han dado al Estado, creado por ellos, en tanto Pacto Social o Proyecto Societario,  como su representante, para el establecimiento de una sociedad que se plantee como meta-objetivo el desarrollo integral de la nación, desarrollo que debe traducirse en bienestar social para todos. El Estado, como creación social, producto social, forma de organización del poder político en tiempos modernos, no se estableció para esclavizar y someter a los pueblos, al contrario, su origen está vinculado al desarrollo de ciudadanía, en tanto ser ciudadano significa, en conformidad con el artículo 39 de la Constitución de la República, ser titular de derechos y deberes políticos. Los ciudadanos no son súbditos. Son sujetos, que han decidido libremente  vivir en una sociedad determinada y darse una especial forma de gobierno, la cual debe garantizar, la “preeminencia de los derechos humanos”.

Un Plan de la Patria, suerte de guía para la acción de gobierno, debe comenzar por reconocer el pluralismo político y la existencia de una población asentada en un territorio que le pertenece, la cual tiene derecho a vivir en libertad. Llevamos más de 14 años haciendo todo lo contrario y los resultados, como hemos dicho antes, están a la vista: un país pobre, con apariencia de rico.
El señor Presidente de la República, durante los últimos días del año 2013, dio una buena señal al país al convocar a una reunión a   los alcaldes de la oposición recientemente electos. El Presidente, en gesto que le enaltece, recibió a los alcaldes y escuchó, atentamente, lo que uno a uno, fueron exponiendo. Las exposiciones de los alcaldes giraron todas en la necesidad del diálogo sincero, no condicionado; en el respeto y reconocimiento de la descentralización y autonomía del Poder Municipal; en el envío oportuno del situado constitucional y distribución equitativa de la riqueza nacional; en la necesidad de la coordinación entre los distintos niveles del Poder Público; y, en el cese del divisionismo y la persecución social. A cambio de todo ello, prometieron trabajar mancomunadamente en un ambiente de paz, concordia y libertad, fundado en el reconocimiento del otro. Este ambiente es el que debe reinar en el país en el año que recién comienza y en los sucesivos; por consiguiente, la reunión presidencial con los alcaldes, aun en el marco del mayor escepticismo, debemos valorarla positivamente y atribuirle el significado de un cambio de timón en la conducción de la vida de la nación, bajo el signo de un Plan de la Patria tiene  por norte   el desarrollo pleno y cumplimiento estricto de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.

Comentarios

Entradas populares de este blog

DESCONOCIMIENTO DE LA LEY

                                                            DESCONOCIMIENTO DE LA LEY                                                                                                                       Absalón Méndez Cegarra En Venezuela, cada día, nos tropezamos con hechos insólitos. El Código Civil de Venezuela, en sus artículos 2° y 4°, establece dos(2) máximas que tienen por finalidad garantizar seguridad jurídica entre la población. Al efecto, señala,   el Código, artículo 2°, lo siguiente: “La ignorancia de la ley no excusa de su cumplimiento”. Y, en el artículo 4°, tenemos, que: “A la ley debe atribuírsele el sentido que aparece evidente del significado propio de las palabras, según la conexión de   ellas entre sí y la intención del legislador (…)”. Estas disposiciones legales nos advierten que la ley, aún cuando se desconozca su contenido, aplica en cualquier circunstancia de hecho, tiempo y lugar; y, que, su interpretación, no puede ser arbitraria, caprichos

LEY DE SATURACIÓN CRIMINAL

                                         LEY DE SATURACIÓN CRIMINAL                                                                                                                  Absalón Méndez Cegarra        Las ciencias criminalísticas, mediante información estadística del fenómeno criminal, han llegado a establecer dos leyes que explican el comportamiento de dicho fenómeno y su regularidad en cualquier lugar del mundo. Se trata de las leyes sociales conocidas como: Ley de saturación criminal y ley de sobresaturación criminal. La primera de estas leyes, la de saturación criminal, establece que cada sociedad, país o grupo humano tiene capacidad para tolerar un cierto y determinado grado de delincuencia y de criminalidad, fenómeno que ha acompañado al ser humano desde su aparición en la tierra, el cual ha sido estudiado de mil maneras y desde distin

MUNICIPIO SUCRE, ESTADO MIRANDA

Absalón Méndez Cegarra El actual Municipio Sucre del Estado Miranda es el pariente pobre de lo que ayer fue una familia acaudalada: El Distrito Sucre, integrado por los hoy Municipios Autónomos Chacao, Baruta, El Hatillo y Sucre. La nueva división política territorial ha determinado que el Municipio Sucre, se haya quedado con   la población asentada   en las Parroquias Caucaguita, Filas de Mariche, La Dolorita, Leoncio Martínez y Petare, es decir,   la concentración de población más grande de Venezuela, caracterizada por sus múltiples problemas económicos, sociales y políticos, por cuanto se trata de la población mayormente desasistida, carente de los más elementales servicios públicos. El Municipio Sucre, carece de importancia económica; pero,   por el número de habitantes que lo habita, tiene gran significación electoral y, en esto reside su atractivo. El Estado Miranda, según el censo 2011, tiene una población total de 2.675.165   habitantes, sólo el Estado Zulia le supera