AUTONOMÍA UNIVERSITARIA EN RECESO
Absalón Méndez Cegarra
Un
refrán muy popular en Venezuela, reza así: “tanto nadar para morir en la
orilla”. El refrán da cuenta de la situación en la cual se puede
encontrar una persona o grupo de personas en procura de defender un
ideal, una propuesta, proyecto, empresa o cualquier propósito u
objetivo. Luego de mucho esfuerzo, de batallar arduamente, trabajar
duro, el propósito no se logra y, contrariamente, se termina haciendo
grandes concesiones a quien o quienes han establecido las barreras y
obstáculos que impiden la realización de la idea o proyecto. Esto suele
ocurrir con frecuencia en la política venezolana.
El refrán
popular viene como anillo al dedo para referirnos a la situación que
vive hoy la UCV y por extensión once Universidades Nacionales.
En
fecha 27-02-2019, la Sala Constitucional del TSJ dictó una sentencia,
la 0324, mediante la cual se obligaba a la UCV a elaborar, según las
instrucciones del sentenciador, un nuevo Reglamento Electoral y realizar
elecciones de autoridades universitarias en un lapso de seis meses,
contados desde la fecha de emisión de la sentencia. Ese lapso venció el
27-02-2020.
La sentencia en referencia, es provisoria, al igual
que las medidas cautelares ordenadas, hasta tanto el TSJ se pronuncie al
fondo de la controversia planteada por varios Rectores de las
Universidades Nacionales, respecto a la solicitud de nulidad por
inconstitucionalidad e ilegalidad de la Ley Orgánica de Educación (LOE).
El iter judicial de esta demanda de nulidad tiene una data de ocho
años largos, desde el 2012. El TSJ no ha tenido tiempo de ocuparse de
esta acción judicial y, para salir del paso, dictó la sentencia N° 0324.
Desde el 27F 2019 hasta esta fecha ha rodado tinta y gastado
garganta en escritos y discursos en defensa de la autonomía
universitaria. Se nadó bastante.
Justo al cumplirse el lapso dado
por el TSJ para realizar elecciones de autoridades rectorales en la
UCV, en acto convocado por la dirigencia estudiantil de la UCV, con
participación de varios oradores en representación de estudiantes,
gremio profesoral, profesores, egresados y autoridades, en el que se
escucharon atronadores discursos en defensa de la autonomía
universitaria y el derecho que tiene la UCV de darse sus propias formas
de gobierno, el TSJ, mediante sentencia N° 0047-2020, ponencia de la
Magistrada Carmen Zuleta de Merchán, en acatamiento al “compromiso de
los representantes de las universidades nacionales de renovar
democráticamente las autoridades universitarias”, salva a la UCV de la
intervención del Ejecutivo Nacional, con la designación de autoridades
universitarias interinas; pero la insta, categóricamente, a darse su
“propia forma de gobierno” solo que atendiendo a lo establecido en la
sentencia N°0324 del 27F 2019, absteniéndose la sentenciadora de
indicar un lapso para hacer posible lo que algunos consideran un gran
triunfo y, otros, entre quienes nos contamos, una gran derrota y una
entrega total de la autonomía universitaria, autonomía que no hemos
sabido defender, ni siquiera en este difícil momento de la vida
nacional. Nadamos mucho, pero, lamentablemente, sucumbimos en la orilla.
La UCV no tiene nada que celebrar, al contrario, mucho que
lamentar, ya se estarán acomodando las piezas para responder
solícitamente a los mandatos “democráticos” del “Bufete de abogados” de
Nicolás Maduro, como lo dijo en el acto estudiantil uno de los oradores.
Hoy, deberán meter la cabeza en la arena, pues, el TSJ, los
escuchó muy bien, entendió el mensaje autonómico y respondió con una
sentencia acorde con su particular noción de autonomía, contraria a lo
solicitado, aunque la ponente puso al descubierto, no guardó el secreto,
mandó al precipicio, a las “representaciones de las universidades
nacionales que “se comprometieron a renovar democráticamente las
autoridades universitarias”. Interesante sería conocer la identidad de
estos representantes de las universidades nacionales que asumieron
tamaño compromiso. Por lo pronto, no hablemos más de autonomía
universitaria, ella no existe, ha entrado en receso. Esperaremos si el
gobierno nacional – TSJ, acepta el disfraz electoral, la separación
comunidad académica- comunidad universitaria y los porcentajes de
representatividad de cada sector.
La sentencia dice universal y
sectorial. Es decir, todo el mundo, organizado por sectores, tal como
fue electa la inconstitucional e ilegal Asamblea Nacional Constituyente.
Sí esto se logra ha ganado la UCV y su autonomía, caso contrario, la
voluntad gubernamental se impondrá y cualquier cosa puede suceder.
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