ODEBRECHT VENEZUELA
Absalón Méndez Cegarra
La empresa constructora
brasilera Odebrecht se dio en Venezuela un verdadero banquete. Hizo lo
que le vino en gana, apadrinada por Lula Da Silva, Presidente de Brasil,
líder obrero; y, por supuesto, los infaltables Hugo Chávez Frías y
Nicolás Maduro, Presidentes de Venezuela. La tripleta de actores
entronizó la corrupción administrativa en Brasil, Venezuela, Perú y
otros países del mundo a manos llenas.
El Informe sobre la corrupción en
Venezuela, correspondiente al año 2018, recién publicado por la
organización no gubernamental “Transparencia Venezuela”, señala, que:
“Son 12 los países en los que Odebrecht admitió haber pagado millones en
sobornos, 9 en América Latina (Argentina, Colombia, Ecuador, Perú,
Venezuela, Guatemala, México, Panamá y República Dominicana) y 2 en la
región de África (Angola y Mozambique)”.
En Brasil, Panamá, Perú,
Guatemala, Colombia y Ecuador, el sistema judicial de esos países ha
tomado cartas sobre el asunto y ha defenestrado y llevado a la cárcel a
Presidentes y expresidentes de la República, también, altos funcionarios
gubernamentales involucrados en la “Operación Lava Jato”. El Presidente
de la Empresa fue puesto tras las rejas en Brasil por algún tiempo;
pero, para este señor, a decir verdad, por su genialidad corruptora,
debería crearse un premio nobel, en Economía, Finanzas Psicología o en
corrupción, por cuanto logró poner al descubierto, sin grandes
esfuerzos, dos cosas: la psicología del poder político y su tentación
por el dinero fácil, mal habido; y, el aprovechamiento de esa tentación
para hacer grandes negocios con la cúpula del poder en muchos lugares
del mundo. De esta estrategia empresarial no quedaron a salvo ni los
líderes socialistas ni los capitalistas, los de la izquierda y los de la
derecha. Las cargas de la corrupción se repartieron por igual, por lo
que ante la corrupción y el robo de los dineros públicos no hay
diferencias ideológicas. Este es un descubrimiento importante digno de
ser estudiado con detenimiento.
Venezuela, es uno de los países
donde se concentró el mayor número de actos de corrupción y pago de
sobornos por parte de Odebrecht. Se explica por la yunta Da
Silva-Chávez. Pero, aquí, no se ha adelantado una investigación seria
sobre el particular. Las tímidas decisiones judiciales no han quedado en
nada. La decisión del TSJ en el exilio, por lo pronto, carece de
efectividad.
La investigación adelantada por “Transparencia
Venezuela” revela lo siguiente: “(…) el gobierno le asignó a Odebrecht
por lo menos 33 obras y que la suma de los montos iniciales de las 22
obras sobre las cuáles obtuvimos algún dato, asciende a
US$26.111.056.942, 44, en tanto que el monto total de los aumentos es de
US$60.612.168.186,80, lo cual representa un incremento general de
132%”. Una cosa es el precio establecido inicialmente para realizar una
obra y, otra, muy distinta, el precio final, por cuanto durante el
tiempo de ejecución de la misma obra se hacen ajustes en el precio
contratado, aumentando, en igual porcentaje, las coimas a pagar. Agrega,
“Transparencia Venezuela” en su Informe: “Para entender la magnitud de
los recursos pactados entre el gobierno de Venezuela y Odebrecht, se
puede recurrir a un solo ejemplo: la nueva etapa del canal de Panamá,
una de las obras de ingeniería más importantes del continente, costó
5.000 millones de dólares, es decir, que, con lo comprometido por los 22
contratos, se pudieran hacer doce canales de Panamá”
Otro
elemento que llama la atención, el cual agiganta la corrupción
gubernamental-empresarial habida en Venezuela, es que para el inicio de
las obras contratadas se adelantó parte o la totalidad de su pago
sin que mediara ningún monitoreo de la construcción, por lo que buena
parte de las obras quedaron inconclusas, solo comenzadas, al momento de
estallar la “Operación Lava jato”. Más grave aún, estas obras sin
concluir, fueron inauguradas por el Presidente Maduro, en su segunda
campaña electoral, creando condiciones para que reinase la impunidad y
engañando, una vez más, al pueblo. Del total de obras contratadas, solo
fueron concluidas 3, las restantes quedaron pendientes. Ahora, tenemos
ruinas en las que Venezuela invirtió millones de dólares que han ido a
parar a los bolsillos de los más altos funcionarios de la nación, para
repudio de todos los venezolanos.
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