ACTIVIDAD ASEGURADORA EN VENEZUELA
Absalón Méndez Cegarra
La institución del seguro es de
vieja data en el mundo. En la época que
los pueblos conocidos del mundo iniciaron el tráfico de mercaderías, la vía
expedita para hacerlo era la marítima y
el barco su medio de transporte.
Tan pronto el comercio marítimo empezó a tener importancia surgió la piratería
en alta mar, el secuestro de las
embarcaciones y el robo de las mercancías con la consiguiente pérdida económica
para el propietario de las mismas. Ante
este hecho, nació la figura del seguro, es decir, una forma de previsión ante
el riesgo de pérdida de la mercancía.
Los seres humanos, así, como los
bienes materiales e intelectuales están expuestos a una gran variedad de
riesgos, entendiendo por tal, de manera sencilla, la probabilidad o posibilidad
que determinado acontecimiento social o natural (hecho causante) ocurra o no y,
en caso de materializarse dicho riesgo,
es decir, convertirse en siniestro, el mismo, consecuencialmente, generará
daños, pérdidas o estados de
necesidad que afectan a la persona en su integridad física e intelectual y a
los bienes materiales y no materiales, patrimoniales, todo lo
cual requiere ser cubierto, amparado o protegido a los fines de evitar,
paliar, subsanar o indemnizar en todo o
en parte el daño sufrido por el hecho causante o riesgo. El aseguramiento, en
todas sus formas, es conducta previsional.
En la actualidad, los seguros se
clasifican de manera general en seguros
privados y seguros sociales. El origen de los últimos, es consecuencia
de la aparición de los primeros. Entre ambos tipos de seguros existen
diferencias; pero, también, elementos comunes. La principal y más importante
diferencia radica en el hecho que el seguro privado indemniza, exclusivamente, riesgos actualizados durante la vigencia del
contrato de seguro; mientras, que, el seguro social, puede amparar riesgos no
actualizados durante el período de
afiliación.
En Venezuela, al igual que en
otros países, la actividad aseguradora ha adquirido un gran desarrollo y
constituye dentro del sector servicios una rama sumamente dinámica y de rápida
expansión y crecimiento. Los seguros privados, a no dudar, constituyen, en
muchos países del mundo, un complemento de la seguridad social y, en otros, en
lo principal en materia de previsión social. El carácter principal, básico, o,
complementario, del seguro privado
respecto a la seguridad social, viene dado por las características,
cobertura, oportunidad y calidad de las
prestaciones que garantiza el sistema o régimen general y público de seguridad social. La deficiencia de un sistema
de seguridad social en garantizar la atención médica integral a la población
afiliada a dicho sistema, por ejemplo, obliga a la población a buscar vías alternativas de protección,
encontrando en los seguros privados de
hospitalización, cirugía y maternidad (HCM) y en otras formas previsionales
privadas, la solución.
En el país, los seguros de HCM se
constituyeron en una de las principales reivindicaciones exigidas por los
trabajadores del sector público y del privado, a pesar de la afiliación obligatoria al régimen de los seguros sociales, debido a
la incapacidad de la red asistencial pública, por deterioro y abandono, para
ofrecer a la población total una atención médica oportuna y de calidad. Esta
vía de amparo y protección amplió considerablemente su campo de aplicación
subjetivo e, igualmente, el material y objetivo, inclusive, para trabajadores
del sector público al servicio de las instituciones públicas de salud, lo que
evidencia la grave crisis del sector salud en la nación, reconocida, como se
evidencia, por el propio Estado y
gobierno nacional.
Ahora bien, el gobierno nacional
no puede ver que nada funcione bien en el país, pues, cualquier cosa que marche
más o menos bien, y, sirva de remedio a la población, hace sombra a la incapacidad, ineficiencia y
mediocridad gubernamental, razón por la que hay que atacarla hasta destruirla.
Ayer, la acción destructora gubernamental
le llegó al mercado de valores,
bolsa de valores, casas de bolsa, sociedades de corretaje y a las
entidades financieras. Hoy, corresponde el turno a las compañías de seguros,
institutos de previsión social e
instituciones de medicina pre pagada.
Las medidas gubernamentales que han hecho del mercado de divisas un coto
cerrado para beneficio personal de un pequeño grupo de corruptos con su
consiguiente dificultad para importar insumos necesarios para la prestación
adecuada de servicios de salud y la
acelerada inflación de precios que
aterra a los venezolanos, ha llevado al colapso total no sólo al sector público
de la salud, sino, también, a la vía de escape existente, es decir, los seguros privados de salud. Resulta
imposible, para cualquier mortal, contratar una póliza de HCM con una cobertura
decente que guarde proporción con el
costo alcanzado por los servicios de salud y sus insumos necesarios.
El gobierno nacional, lejos de
atender esta grave situación y buscar medidas apropiadas, acude, en alarde de mostrar que hace algo, a
reformar la Ley de la Actividad Aseguradora. En Gaceta Oficial N° 6,211
Extraordinario, del 30-12-2015, se publica el Decreto N° 2.178, mediante el
cual se dicta el Decreto con Rango, Valor y Fuerza de Ley de la Actividad
Aseguradora. Leer, solamente, la exposición de motivos de este adefesio
jurídico, produce náuseas, repulsión. En dicha exposición de motivos, se dice,
entre otras barbaridades, que, (…) es necesario incorporar la actividad
aseguradora como espacio para ejercer las acciones necesarias, ante algunas
irregularidades que han venido aconteciendo y que contribuyen directa e
indirectamente con el sabotaje económico” Más adelante, cual irresponsable y
cínico, agrega que el aseguramiento privado de salud, es el causante del
“desmantelamiento inducido del Sistema Público Nacional de Salud”; pero,
también, del desempleo en Venezuela, pues inculpa al sector asegurador del poco
empleo que genera para atender a 11 millones de asegurados. Un abogado diría,
que, “a confesión de parte, relevo de pruebas”. El propio Estado ha confesado su incapacidad para dar salud a los
venezolanos. El gobierno, con la reforma de la Ley en referencia, ha mostrado
de cuerpo entero su empeño en empobrecer a toda la población venezolana. Ya no es
posible acceder a un servicio privado de salud, por sus elevados costos, y, la opción
pública, como lo advierte el Estado, no existe. Entonces, el camino, es, morir de mengua.
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