SINDICALISMO UNIVERSITARIO PATRONAL
Absalón Méndez Cegarra
El domingo 5 de abril del año en
curso, el Diario Últimas Noticias, página 12, Economía, publicó declaraciones
dadas por el señor Carlos López,
Presidente de la Federación de Trabajadores Universitarios, sobre lo relacionado con la posible firma de
una Segunda Convención Colectiva Única de los Trabajadores Universitarios. En
efecto, el Diario, tituló la información, así: “Casi listo contrato del sector
universitario. Hay varias propuestas las cuales deberán unificarse y definirse
por una compensación con base a la inflación”.
Antes de hacer algunos
comentarios gremiales sobre lo señalado por el señor López, quien, de manera
francamente irresponsable, irrespetuosa y temeraria, hace referencia a los Miembros del Personal Docente y de
Investigación de las Universidades Nacionales; el organismo gremial que nos
representa: la Federación de Asociaciones de Profesores Universitarios de
Venezuela (FAPUV); y, las propuestas llevadas por la FAPUV, a la ronda inicial
de conversaciones, por invitación oral del señor Ministro de Educación Universitaria,
es importante dar cuenta de lo que ha sido, hasta ahora, la experiencia de la
Primera Convención Colectiva Única.
La I CCU, es producto de una
convocatoria cerrada hecha por el Ministerio denominado del “Hecho Social
Trabajo”, viejo Ministerio del Trabajo,
para discutir una normativa
laboral única, con los trabajadores del sector universitario. Decimos,
convocatoria cerrada y excluyente, porque a la misma no fue invitada la FAPUV,
así como otras organizaciones gremiales y sindicales, genuina representante del
profesorado universitario, de suerte que unas organizaciones sindicales,
afectas al partido de gobierno, claramente gubernamentales, se abrogaron
indebidamente una representación que no tienen,
y, en perfecta fusión de intereses con el patrono-gobierno, aprobaron y
suscribieron una Convención Colectiva Única, la cual, de manera abierta y
descarada, como se evidenció en las Mesas de Trabajo que posteriormente se
instalaron para su análisis y aplicación, perjudicó considerablemente, mediante
un falso igualitarismo, a los miembros del personal docente y de investigación,
principalmente, de las Universidades Autónomas, y, de forma muy especial, a los
profesores jubilados y pensionados.
Entre la serie de reparos que se
han hecho a la I CCCU, tenemos, en
primer término, como se ha dicho, la ausencia de la FAPUV; en segundo lugar, la
ausencia de los verdaderos patronos del profesorado universitario, es decir,
las Universidades y sus representantes; en tercer lugar, la improvisación
manifiesta en algunas cláusulas, las cuales fueron suscritas sin mediar cálculo
alguno y provisión de recursos; y, finalmente, las dificultades para garantizar
su cumplimiento por parte de los administradores de la Convención, es decir,
los patronos universitarios, quienes no fueron convocados y no participaron en
la reunión normativa laboral, algo insólito.
Con la segunda Convención
Colectiva Única la historia vuelve a repetirse; pero, ahora, hay un ingrediente
nuevo. La dirigencia sindical, que, supuestamente, representa los intereses de
los trabajadores, caso del Presidente de
la Federación de Trabajadores Universitarios, se ha trocado en patrono y, por
consiguiente, “cobra y se da el vuelto”,
lo que hace innecesaria la discusión con el patrono-gobierno, pues, la dirigencia sindical universitaria,
es, al mismo tiempo, trabajador y empleador. Dos personas en una. Razón por la
que esta representación sindical-gubernamental,
se da el lujo de decir qué cosas (reivindicaciones laborales) deben ir a
la Convención Colectiva y cuáles no,
porque son mal vistas por el gobierno; y, además, se atreven, a decidir por
otros, como ocurre con las tablas salariales, al rechazar, sin base técnica
alguna y confundiendo la compra de cachivaches chinos, con salario social y,
más grave aún, con seguridad social, la propuesta técnica de ajuste salarial
hecha por la FAPUV, sobre la base de la inflación habida en el país en el
último año, la consecuente pérdida del poder adquisitivo del signo monetario
nacional, y la inflación estimada para el año fiscal 2015.
La FAPUV, por acuerdo expreso de su Comité Ejecutivo y, ante la
invitación oral del Ministro, se ha incorporado a la mesa de reuniones
preparatorias de la II CCU, con la presencia y participación activa de su
Presidenta, la Profesora Lourdes Ramírez de Viloria. Ante conductas
irrespetuosas de parte de la dirigencia sindical gubernamental, ha tenido que
protestar y retirarse de ese primer escenario. Su reincorporación, por petición
de la Directiva de la FAPUV, se ha dado y se dará, bajo las siguientes
condiciones, a saber: a) Convocatoria a
la FAPUV, formal, escrita, del señor
Ministro de Educación Universitaria, a participar, con derecho a voz y voto,
como miembro pleno, representante legítimo del profesorado universitario, en
las discusiones preparatorias y finales de la Convención; b) Presencia activa y participativa de las
Universidades, auténticos patronos de sus trabajadores, cuya representación
legal ostentan las autoridades universitarias; c) Participación con una propuesta de Convención
Colectiva propia, que asuma y defienda con fuerza y argumentos técnicos
sólidos, las reivindicaciones y necesidades del
profesorado universitario, a quien la Constitución de la República, en su
artículo 104, garantiza “un régimen de
trabajo y nivel de vida acorde con su elevada misión”, hecho reconocido en el
Acuerdo del 06-08-2013, suscrito, inclusive, por el declarante de Últimas
Noticias. Esta propuesta ha sido elaborada y llevada a la mesa de discusión por
la Presidenta de la FAPUV; y, d) En lo referente a Tablas Salariales, la FAPUV
ha hecho pública una propuesta, no para que la discutan los sindicalistas
universitarios patronales, sino para que se discuta de cara al país, sin mirar
para los lados, sin compararnos con nadie en el país, sino con nuestros pares
latinoamericanos y mundiales.
A los profesores universitarios,
señor López, no nos interesa, cuánto gana o debe ganar un obrero o empleado universitario,
puede ganar todo el dinero del mundo ese es su derecho y la valoración
pecuniaria de su labor, bienvenidas todas sus reivindicaciones. A nosotros, nos
interesa la justa remuneración pecuniaria de nuestro trabajo, no comparable con
otro tipo de actividades laborales, pues, no estamos en presencia de la
aplicación del principio laboral de “a
trabajo igual, salario igual”; por consiguiente, señor López, no opine sobre lo
que no le incumbe.
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