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ALCALDÍA DE SUCRE


                                                                      ALCALDÍA DE SUCRE

 

                                                                                                                          Absalón Méndez Cegarra

Hace algún tiempo publicamos  en este mismo Semanario, un artículo sobre el Municipio Sucre del Estado Miranda. Este Municipio, posiblemente, sea el más complejo de cuántos existen en  el país. En él se mezclan de cualquier forma todos los problemas sociales, económicos, políticos, culturales y religiosos  que comunidad alguna puede padecer. Es un territorio densamente poblado  y sin calidad de vida, por consiguiente, invivible.

La geografía del Municipio es irregular, deforme. El espacio está poblado  de manera anárquica. Algunos sectores, muy pocos,   relativamente urbanizados;  la gran mayoría, poblada  de manera arbitraria y desordenada,  lo que, sin duda, hace difícil el suministro de  servicios públicos a toda la población, generando, aun, males mayores.

La Alcaldía de Sucre, al parecer, reviste un gran atractivo, posiblemente, por el tamaño de la población que habita en el Municipio, lo que significa un potencial electoral capaz de inclinar la balanza hacia cualquier lado; es, también,  para las organizaciones políticas una plataforma de lanzamiento para ocupar cargos superiores, por ejemplo, la Gobernación del Estado Miranda. Razón, por la que los partidos suelen seleccionar como candidatos a sus mejores  y acreditados líderes.

En los últimos 20 años, la Alcaldía de  Sucre ha pasado de las manos de la oposición a las manos del oficialismo y, luego, nuevamente, a la oposición. Por la Alcaldía de Sucre han pasado dirigentes de la talla de Enrique Mendoza, José Vicente Rangel Avalos y Carlos Ocaríz, actual Alcalde Municipal, quien  ha obtenido  el triunfo,  2 veces, compitiendo contra todas las fuerzas humanas y económicas del gobierno central, al parecer por su trabajo político de hormiga en los cientos de barrios que circundan el casco colonial de la ciudad de Petare, cabeza del Municipio y asiento oficial de la Alcaldía.

Durante el primer período de gestión de Carlos Ocaríz observamos alguna preocupación por el Municipio; pero, últimamente, el Municipio luce abandonado, con un deterioro creciente, con viejos y nuevos problemas, lo que da una gran base de justificación a la cuantiosa campaña que viene desarrollando el partido de gobierno para desacreditar y desprestigiar la gestión de la Alcaldía y, proponer, inclusive, la revocatoria del mandato del Alcalde. Pensamos, que, si, hoy, se realizara el referendo o nuevas elecciones, la oposición perdería este reducto.

Muchas de las cosas que suceden en el Municipio pueden inculpársele al gobierno central, pues, hay una conspiración total contra la municipalidad, prueba de ello es lo que sucede con la creación de Corpomiranda, la cual sustrae recursos que corresponden a la Alcaldía y, con la recolección de la basura, lo que sumado a las comunas y concejos comunales- instancias de poder inconstitucionales- desmantelan y castran la acción municipal; pero, otras cosas, son imputables a la gerencia municipal actual.

La existencia del Municipio no es concesión graciosa del gobierno nacional, ni responde a la voluntad de éste; por el contrario, es una instancia de poder, el Poder Municipal, establecido en la Constitución de la República, como división del Poder Público Nacional. La Ley Orgánica del Poder Municipal es el instrumento regulatorio de su organización y funcionamiento, no, el Presidente de la República y sus órganos adscritos. Por consiguiente, cuando el Ejecutivo Nacional, procura por distintos medios, minimizar, hasta su liquidación, el Municipio, se coloca al margen de la Constitución y la Ley, y, quien lo permite, se convierte en cómplice de una violación al ordenamiento jurídico de la nación.

El artículo 174 de la Constitución establece que el gobierno y la administración del Municipio corresponderán  al Alcalde, quien será también la primera autoridad civil. Y, el  artículo 178, señala, claramente, la competencia del Poder Municipal y, entre otras, corresponde al Municipio, el mejoramiento de las condiciones de vida de la comunidad, en las siguientes áreas: ordenación territorial; vialidad urbana;  servicios de transporte público; espectáculos públicos; protección del ambiente; salubridad y atención primaria en salud; y,  servicio de agua potable.

La Alcaldía de Sucre, por razones que sería bueno conocer, al parecer, no ejerce ninguna de estas competencias, con lo que sede espacio importante a otras instancias de poder.

El Municipio Sucre es un caos. La gente hace lo que le viene en gana. El transporte superficial es infernal; igual, la vialidad, el aseo urbano y el suministro de agua potable. El Municipio, es, literalmente, un terminal de pasajeros desde la California Norte hasta la Estación del Metro de Palo Verde. En la calzada de la Avenida Francisco de Miranda,  en ambos lados  y en el lugar que  seleccione los interesados, se instalan líneas de autobuses, líneas de taxis y líneas de moto taxis, que interrumpen la circulación de las demás personas, sin que eso preocupe o perturbe a las autoridades. Adicional a esto, se instalan buhoneros, ventas de lubricantes, talleres de lavado y engrase, talleres mecánicos y de latonería y pintura de vehículos,  salones de barbería, puestos de venta de cachivaches y ropa usada, con lo que se cierran vías por completo, impidiendo, la libre circulación, delito por el que están presos cientos de estudiantes y jóvenes venezolanos.

Ahora bien, ¿Quién permite o autoriza semejante anarquía?, o, ¿Quién tiene competencia para impedir que esto ocurra? Según la Constitución y la Ley, el Alcalde. ¿Qué le pasa a Carlos Ocaríz que se hace de la vista gorda ante tanta irregularidad? La Municipalidad, en   el mes de enero de este año, procedió a romper las aceras de la Avenida Francisco de Miranda, en especial, las más cercanas a la famosa Redoma de Petare. Nadie sabe para qué. Los vecinos, suponíamos,  que era para desalojar a los buhoneros del lugar y dejar esos espacios libre a la circulación. Pero, nos equivocamos, es para que los buhoneros estén más cómodos. Señor Alcalde, asuma su responsabilidad y ejerza su autoridad, no importa que pierda algunos votos.

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