VENEZUELA ENLOQUECIDA
Absalón Méndez Cegarra
Absalón Méndez Cegarra
La situación que se vive en Venezuela es desesperante.
Vivimos en una nación enloquecida y enloquecedora. Imposible entender en
lo que se ha convertido Venezuela de un tiempo a esta parte. No
logramos reconocernos unos a otros. La profunda disociación que
observamos entre quienes supuestamente dirigen la nación se ha
trasladado al ser de cada uno de los venezolanos. No en vano estamos a
merced de un psiquiatra encargado de hacer ver algo que no existe. Un
país esquizofrénico.
Dos presidentes de la República se
distribuyen la conducción de la vida nacional. Uno, apoyado por un
pequeño grupo de nuevos imperios coloniales, el cual, al igual que en el
pasado, saquean las riquezas del país, dan en préstamo cantidades de
dinero que engrasan los mecanismos de la corrupción y terminan
hipotecando el futuro de las presentes y nuevas generaciones de
venezolanos. Otro, apoyado por buena parte de la comunidad
internacional, pero, con graves dificultades para hacerse sentir
internamente como Jefe Encargado del Estado venezolano.
Ahora,
tenemos, como si fuera poco el desastre del Ejecutivo, tres poderes
Legislativos. Dos de ellos completamente inconstitucionales e
ilegítimos, pero, queridos y legitimados por uno de los presidentes de
la República en ejercicio, quien con el cinismo que le caracteriza se
dirige al país el 5 de diciembre del año en curso para anunciar
intencionalmente que había sido electa por la “oposición” la nueva
directiva de la Asamblea Nacional, a sabiendas que no era cierto.
Se
refería a un acto eleccionario absolutamente nulo, desconociendo de esta
manera la verdadera directiva electa por un total de 100 diputados, en
representación de la soberanía popular. La fulana “oposición” que se
quiso alzar con la Asamblea Nacional para subyugarla al Ejecutivo, en
tanto único bastión independiente y democrático que le queda a la
nación, fue un grupo de diputados venales que constituyen una vergüenza
para el país, comprado abiertamente por el gobierno, único sitio de
donde ha podido salir tanta divisa extranjera, con el único propósito de
confundir y engañar a los venezolanos. Sin embargo, el presidente de la
República, electo fraudulentamente, por tanto, usurpador del poder, no
obstante legitimar con sus ejecutorias al grupo de parlamentarios que en
acto bochornoso se proclamó directiva de la Asamblea, no se presentó
ante ésta a rendir, como es su deber, la entrega de su Memoria y Cuenta,
optó por presentarla ante la inconstitucional Asamblea Nacional
Constituyente, único escenario en dónde logra ser oído y aplaudido el
rosario de mentiras.
La cuenta anual del Ejecutivo produce estupor en
propios y extraños. Más que rendición de cuentas es un cuento. Una
lista de promesas cual se tratase de una campaña electoral. Un cúmulo de
aspiraciones. Cada año es lo mismo. Ahora, sí, Venezuela va a ser una
potencia agrícola, ganadera, minera, productiva. “La gran Venezuela” “La
Venezuela potencia”. Con grandes inversiones en el campo, en la
industria, en salud, educación, electricidad, agua, etc. Inversiones
que no se ven por ninguna parte, pues, días después del anuncio
presidencial, sale la Vice Presidenta Ejecutiva en un barrio de la
Capital, acompañada con buena parte de tren ejecutivo, anunciando que se
va a procurar resolver la falta de suministro de agua potable y una de
las acciones inmediatas es pedir a los funcionarios que busquen como
acarrear agua en envases para ayudar al pueblo sediento de tan vital
líquido. Burla y más burla.
En un país en el cual no funcionan
las comunicaciones y se carece de telefonía, internet, servicios
bancarios, servicios de transporte, electricidad, entre otros servicios
necesarios para que fluyan
normalmente las actividades monetarias
y de intermediación financiera y mercantil, se le ocurre al
desgobierno, desconociendo el signo monetario nacional, que los
venezolanos estamos en la vanguardia mundial en lo que a criptomonedas
se refiere, por cuanto se ha instaurado como nuevo medio de pago y
moneda nacional el “petro”, algo que existe solo en la mente enloquecida
del desgobierno, cuya prueba piloto, el “petroaguinaldo”, devino en un
estruendoso fracaso y en un carburante que potenció la hiperinflación,
alcanzando la divisa norteamericana cuyo tope parece no tener límite,
hecho que tiene en jaque a los venezolanos, con graves deterioros en
salud mental, pues, no hay como ajustarse a las locuras presidenciales.
Su actuar es el de un elefante en una cristalería, cada movimiento que
hace destruye la economía nacional y la de los venezolanos. Mejor, no se
mueva
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