75 ANIVERSARIO DE LOS SEGUROS SOCIALES EN VENEZUELA
Absalón Méndez Cegarra
Los
seguros sociales, como forma de protección social de grandes sectores de
población, especialmente trabajadores subordinados, irrumpieron en el
mundo en la Alemania de Otto Bismarck, llamado el Canciller de Hierro,
hacia 1880-1883, en momentos que el pensamiento socialista cautivaba a
la clase obrera.
En América Latina la institución de los seguros
sociales se estableció primeramente en Chile, Uruguay y Cuba, a mediados
de la década de 1920; luego, hacia 1940, se extendió a la mayoría de
los países latinoamericanos, para surgir en el Caribe independiente a
partir de 1950.
En Venezuela, los seguros sociales, como
institución gestora de prestaciones a favor de los trabajadores
formales, se establecen en octubre de 1944, bajo el gobierno del General
Isaías Medina Angarita: pero, sus santecedentes datan de 1925, petición
hecha por el Embajador César Zumeta al Presidente J.V. Gómez; Ley del
Trabajo de 1936; y, 1940, fecha de promulgación de la Ley del Seguro
Social.
En los comienzos del desarrollo de los seguros sociales
en Venezuela su campo de aplicación personal, contingencial y
territorial era muy limitado. Comprendía solo a trabajadores formales
del Área Metropolitana de Caracas ante contingencias relacionadas con
enfermedad común y accidentes derivados de la actividad laboral. Es a
partir de 1967 cuando se lleva al campo de los seguros sociales lo que
se conoce como contingencias de largo plazo, es decir, vejez, invalidez y
sobrevivencia, las cuales dan lugar a prestaciones dinerarias llamadas
pensiones y al otorgamiento de subsidios por las contingencias de
nupcialidad y gastos funerarios. Muy tardíamente, en 1989, se introduce
en el régimen de los seguros sociales, el amparo a la contingencia de la
pérdida involuntaria del empleo y su protección mediante el seguro de
paro forzoso, completándose, así, las contingencias cubiertas por el
Convenio 102, Norma Mínima de Seguridad Social, aprobado por la
Organización Internacional del Trabajo en 1952 y ratificado por
Venezuela mucho tiempo después.
El desarrollo evolutivo de los
seguros sociales, identificados, hoy, con su institución gestora, el
Instituto Venezolanos de los Seguros Sociales (IVSS), ha sido sumamente
lento, casi, podríamos decir, que a partir de 1967 se ha paralizado,
prácticamente, en su crecimiento, excepción hecha de lo referente a la
atención médica que logró gran auge en la década del 60-70 con la
construcción de hospitales y ambulatorios, localizados en varias partes
del territorio nacional, principalmente, centros urbanos de mayor
población trabajadora dependiente. Pero, en la actualidad, este avance
en la creación de un régimen de atención médica para la población
afiliada como titulares, es decir, los trabajadores y su familia directa
(régimen general) ha retrocedido inexplicablemente, al decretar el
gobierno nacional, que los servicios de salud del IVSS están al alcance
de toda la población afiliada y no afiliada, cotizante y no cotizante,
lo cual significa una desfiguración total de los seguros sociales,
permitida, increiblemente, por los afiliados trabajadores; pero, muy
especialmente por las organizaciones sindicales de trabajadores y
gremiales de empleadores, lo cual habla del poco arraigo que los seguros
sociales han tenido en Venezuela.
Para la fecha que se cumple el
75 aniversario de los seguros sociales (1944-2019), esta institución no
supera el 40% de cobertura de la fuerza de trabajo ocupada en el sector
formal de la economía, por lo que su población trabajadora afiliada y
cotizante no sobrepasa los 6 millones de afiliados activos. En
contraposición tiene hoy en nómina 5 millones aproximadamente de
pensionados, lo cual revela que por cada pensionado por el IVSS, no
existe en nómina de afiliados activos, un (1) trabajador cotizante.
Razón o relación activo|pasivo paralizante y amenazante de la
perdurabilidad y viabilidad financiera de cualquier institución de
seguridad social. La fusión de un régimen contributivo directo (IVSS)
con uno de carácter asistencial (misiones), es otra de las acciones del
gobierno nacional para desfigurar a los seguros sociales, creándole al
IVSS y al país total una seria amenaza sobre la posibilidad de continuar
financiando con recursos fiscales el número creciente de pensionados.
Es
tiempo para que el gobierno preste atención al fenómeno demográfico del
país, la tendencia al envejecimiento de la población, las
características del mercado laboral y el método de ajuste de las
pensiones para que mantengan el poder adquisitivo constante. No hacerlo
equivale a montar una bomba de tiempo pensional.
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