CUBA CONTRA VENEZUELA
Absalón Méndez Cegarra
Absalón Méndez Cegarra
Cuba y Venezuela han mantenido
desde siempre relaciones de distinta índole. Anteriores a 1958, podrían
calificarse como positivas; posteriormente, no han gozado de la misma
calificación. Venezuela, fue patria del héroe de la independencia de
Cuba: José Martí. Igualmente, Cuba, albergó en su seno a la diáspora
venezolana de las primeras décadas del siglo XX, Don Rómulo Gallegos,
entre otros ilustres venezolanos.
El triunfo de la revolución
cubana de 1958, liderada por Fidel Castro, alimentó, en América Latina,
las pasiones y deseos de romper con el sojuzgamiento de nuevo tipo,
impulsor de las desigualdades sociales imperantes en Latinoamérica. Y,
en lo que respecta a Fidel, se consideró con derecho propio a exportar
su revolución, a cualquier costo, invadiendo territorios ajenos.
Venezuela,
fue uno de los platos apetecidos de la dirigencia triunfante cubana,
para ello contó con aliados importantes (partidos comunistas,
estudiantes universitarios y jóvenes revolucionarios); y, naturalmente,
con su soporte económico e ideológico principal: la URSS. De esa época,
son las escuelas de formación de cuadros y la guerra de guerrillas,
productos de exportación cubanos, que tanto interés despertaron en
nuestra juventud, cuyos resultados hemos obtenido 60 años después.
En
los últimos años, a raíz del triunfo electoral de Hugo Chávez, Cuba ha
hecho de Venezuela su patio trasero, su colonia, conquista que no
alcanzó en 1958 por impedirla la democracia naciente y el papel
institucional de las Fuerzas Armadas Nacionales.
Hoy, el gobierno
cubano, no el pueblo cubano, tiene intervenida, sometida y avasallada a
Venezuela hasta los tuétanos. Salir de la pesadilla que hemos vivido
desde 1999 pasa por deslastrarnos del coloniaje cubano. Esta relación
con un pueblo amigo debe terminar para volver a un ambiente de
confraternidad, como en el pasado.
Las relaciones
Cuba-Venezuela, posteriores a 1958, obligan a revisar algunos documentos
del pasado y del presente, lo que permite entender mejor el momento
histórico venezolano.
En conversación extensa con Teodoro
Petkoff, realizada por Agustín Blanco Muñoz, publicada en el libro: “La
Lucha Armada: Hablan 5 Jefes”. Serie: Testimonios Violentos 2. UCV.
Expediente, Caracas, 1980, p.229, Petkoff, refiriéndose a la negativa
del Partido Comunista venezolano a la venida del “Che” Guevara a
Venezuela, señala lo siguiente: “El Che era un hombre muy grande, muy
importante, pero el partido, con muchísima sensatez, consideró que meter
al Che aquí era agravar indeciblemente la situación del movimiento
revolucionario en Venezuela. Era prácticamente terminar de hacer verdad,
ante los ojos de los venezolanos, la idea de que era un movimiento
patrocinado desde afuera (el castro-comunismo del que hablaba
Betancourt), que no había tal revolución venezolana sino una guerra de
Cuba contra Venezuela”. Años después, la verdad de Betancourt se reveló,
y Venezuela se postró de rodillas ante Fidel Castro, gracias a la
sumisión de Hugo Chávez y su sucesor Nicolás Maduro. Por consiguiente,
“de aquellas aguas, vienen estos lodos”.
Estos dos personajes
destruyeron la nación venezolana; pero, antes, alimentaron al gobierno
cubano y a los gobiernos de otros países del mundo, sacrificando a la
sociedad nacional. La
gravísima situación económica, política y
social que padece el país, ha tenido su impacto en la economía cubana,
dada su condición de fuente nutricia; pues, en apariencia, Venezuela, ha
restringido la compra de servicios profesionales (médicos, entrenadores
deportivos; compra, mediante triangulación, de equipos médicos,
maquinarias, medicinas; y, entrega de petróleo). Dicho impacto,
analizado por Carmelo Mesa-Lago, gran conocedor de la economía cubana,
en artículo reciente, publicado bajo el título: “El “enfriamiento” de la
economía cubana”, en la Revista Nueva Sociedad, N° 279, enero-febrero,
201, deja ver lo siguiente: “(…) La economía venezolana se deterioró
mucho más: se proyecta una caída de 15% del PIB. Desde el siglo XXI,
Cuba comienza a exportar servicios profesionales…impulsada por un
tratado con Venezuela, que compra 75% de esos servicios, que son la
principal fuente de divisas de la isla…El suministro de petróleo
venezolano se redujo a la mitad y también lo hizo el remanente que Cuba
percibía y exportaba del crudo venezolano procesado en la refinería de
Cienfuegos (…)” Esta es la verdadera guerra económica, la injerencia en
nuestros asuntos internos, que ha humillado a la nación y la ha
sometido a un nuevo coloniaje. De ahí, que resulte imperativo lograr la
independencia y la libertad.
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