LAS MESAS DE TRABAJO
Absalón Méndez Cegarra
En Venezuela, durante los últimos
15 años, se ha instaurado una nueva modalidad de gestión pública para abordar
determinados asuntos, que, por lo general, refieren a demandas de la población.
Se trata de la instalación de mesas, integradas por los interesados, con
representación oficial, en las que se reúnen para analizar y discutir aspectos
del asunto en cuestión, sin capacidad resolutoria, dado que no se trata de
instancias con capacidad y facultad para
la toma de decisiones, sino distractoras de la solución verdadera; podría decirse, que constituyen espacios configurados para que nazca en la
gente una sensación de participación, de intervención en los asuntos públicos,
consecuencialmente, de responsabilidad o corresponsabilidad en todo aquello que constituye interés
particular o colectivo. Así, tenemos, que, ante una ausencia permanente o
dificultad para suministrar agua potable a las comunidades, se instala una
“mesa de aguas”; si se trata de tenencia de la tierra, la solución, es,
conformar una” mesa de tierras”; sí, la demanda es por vivienda; seguridad ciudadana; alquiler de viviendas; comercio informal; transporte urbano; locura motorizada, entre
otros problemas sociales, la salida inmediata no es la solución del problema
planteado sino la integración de una mesa. La consigna principal para la
constitución de una mesa, además de la consabida participación protagónica del
pueblo, es el llamado al diálogo social. Según los asuntos en discusión, la envergadura de los mismos y la cualidad
de los interesados que la conforman, las
mesas van recibiendo algunas denominaciones: mesas técnicas; mesas de diálogo;
mesas de educación; y, mesas de trabajo, entre otras denominaciones.
La novedad reciente, la
encontramos en el ámbito de la educación superior. En el país, de la misma
manera y con la misma intensidad que crece matricularmente el subsistema
de educación universitaria, como parte del sistema de educación
nacional, crecen y se multiplican sus problemas de planta física, personal
docente calificado, condiciones para la docencia de calidad, la producción de
conocimientos científicos, presupuesto universitario, condiciones de trabajo
dignas para profesores, empleados y obreros , condiciones favorables para el
desarrollo de la vida estudiantil en cuanto a bibliotecas bien dotadas,
laboratorios y centros de investigación transporte, comedores, residencias y
auxilios económicos. Es decir, que el crecimiento de la matrícula
universitaria, política laudable, positiva, es, al mismo tiempo, una fuente de
problemas y dificultades para el subsistema en referencia; y, pensamos, para
todo el sistema de educación nacional, como lo evidencia la apertura de un
nuevo año escolar.
El deterioro salarial del
profesor universitario y, en términos generales, de sus condiciones laborales y de vida, la resistencia
gubernamental a encarar con seriedad este problema académico y laboral,
propició el conflicto universitario actual
que altera la “normalidad” de funcionamiento de las principales casas de estudios
universitarios. En aplicación de la práctica usual de distraer la atención
pública con aparentes soluciones, se estimula la creación de grupos que, con
intencionalidad política, aunque esta sea contraria a los intereses que se
demandan, para que sirvan de contrapeso a la acción legítima y legal de las
autoridades universitarias y gremios que
luchan por una educación de calidad y por condiciones de vida dignas como
corresponden a todo trabajador y ser humano.
La creación de una dependencia
ministerial específica para atender las cuestiones de la educación universitaria, se ha
convertido, en muy corto tiempo, en la cueva de las dificultades. Los Ministros
del Despacho, cuya duración en el ejercicio del cargo es relativamente
corta, en una especie de emulación de
carrera para ver quien realiza la gestión peor, mantienen en jaque a la
comunidad universitaria.
Una petición legal y legítima de
la Federación de Asociaciones de Profesores Universitarios de Venezuela
(FAPUV), la cual agrupa la mayor parte del profesorado universitario, referida
a la aplicación de las Normas de Homologación (NH), entendidas como un
instrumento laboral regulatorio de condiciones de trabajo, impuesto por el
gobierno nacional en el año 1982, se convierte en factor que propicia el
paralelismo sindical y la convocatoria de una reunión normativa laboral para
suscribir, sólo, con un sector del mundo universitario, afín al gobierno nacional, una Convención
Colectiva Única (CCU), en desmedro de las demandas de otro sector laboral, igualmente,
importante.
El reclamo profesoral es desoído
permanentemente por el Despacho ministerial correspondiente y, tal desinterés,
se acompaña de la burla, el engaño y el menosprecio. Ayer, fue un profesor
Moncada, con su consigna de “cuentas claras”; seguido, por un profesor Ramírez,
prepotente e irrespetuoso, premiado con la Embajada de Venezuela en Cuba, y,
ahora, con la candidatura a Alcalde en Barinas; luego, una colega, merecedora
del respeto y consideración universitario por su trayectoria académica, Yadira
Córdova, quien hizo del engaño lo principal de su gestión. Durante su ejercicio
se materializó la burla mayor a los trabajadores universitarios, con su
convocatoria a las “mesas de diálogo”, abiertamente divididas por la adhesión o
no a la posición del gobierno, en las que se trabajó incansablemente para que
sus resultados se perdiesen, posiblemente, en un basurero, si es que lograron
obtener ese mérito. Finalmente, otro colega profesor, Pedro Calzadilla, de indiscutibles méritos académicos; pero, que
el sector profesoral universitario no ha logrado, ni siquiera, verle la cara. Durante su gestión se suscribe la CCU, se
ignoran y desconocen las NH, con
argumentos que no soportan el menor análisis, y, junto con ella, la
participación de más de 40 mil profesores universitarios. Por petición, de las más altas figuras
gubernamentales del país e, intermediación del Ministro del Interior y
Justicia, Mayor General Miguel Rodríguez Torres, honor a quien lo merece, el Despacho de Educación Universitaria, convoca y reconoce a
las autoridades universitarias y a la FAPUV y, de inmediato, previa la firma de
un acuerdo- declaración, se instalan varias “Mesas de Trabajo”, para hacer,
precisamente, el trabajo que ha debido hacerse en la discusión de la CCU.
Esperamos que estas mesas, como en el pasado inmediato, no se conviertan en
otro engaño más. El tema es inagotable.
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