ALGUNAS SUGERENCIAS PARA EL NUEVO GOBIERNO DE LA UCV
Absalón Méndez Cegarra
La campaña electoral en la Universidad Central de Venezuela (UCV), la cual culminó con la elección de un nuevo equipo de gobierno rectoral, decanal y de representación profesoral ante los distintos niveles de cogobierno, estuvo plena de propuestas, programas de acción, ofrecimientos de distinta índole y, por encima de todo, un firme compromiso de cambio, recuperación de la institucionalidad y transformación de la UCV en una Universidad moderna, siglo XXI, comprometida con la sociedad nacional, su progreso y desarrollo.
Participamos en la contienda electoral junto con un grupo de distinguidos profesores y profesoras, en una fórmula electoral que denominamos Universidad Posible, con la cual aspiramos a representar a los profesores ante el Consejo Universitario.. No logramos el objetivo; pero, sí nos dimos a conocer ante la comunidad universitaria y expusimos ante dicha comunidad, con franqueza, nuestras propuestas de acción para el caso de llegar a ostentar la representación de los profesores. El nuevo gobierno universitario encabezado por los profesores Víctor Rago, Fátima Garcés, José Balbino León, Corina Aristimuño y, los once decanos de las Facultades, requieren para su ejercicio como autoridades rectorales y decanales, el acuerdo, participación, colaboración y apoyo de todos los miembros de la comunidad universitaria, de la sociedad venezolana y del gobierno nacional.
Animados por un propósito colaboracionista nos atrevemos sugerir a los apreciados profesores electos como Rector, Vice-Rectora Académica, Vice-Rector Administrativo y Secretaria, un conjunto de propuestas o, mejor, ideas, que constituyeron esencia de nuestra oferta electoral, muchas de ellas, coincidentes con las sometidas por los electos a sus electores, otras, posiblemente, no compartidas.
Hablar de autonomía en abstracto carece de sentido. La autonomía es un hecho concreto. Se ejercita diariamente. La autonomía universitaria es un discurso vacío que debe llenarse de contenido. Se es autónomo cuando se dispone de la condiciones para actuar con libertad e independencia al momento de tomar decisiones y definir cursos de acción. Si tal cosa no es posible, no hay autonomía, hay dependencia. En este sentido debemos ser realistas, objetivos. La UCV no es una institución autónoma. Tal situación no significa renuncia a la autonomía universitaria, al contrario, es una convocatoria a hacer posible la noción autonómica de la universidad con un ejercicio y práctica diaria y con hechos objetivos. Este es el primer y más importante reto del nuevo equipo rectoral. Corresponde a este equipo, en ejercicio de la autonomía, adoptar entre otras decisiones inmediatas y urgentes, las siguientes:
- Hacer realidad el poder y gobierno universitario. El Consejo Universitario debe ser reivindicado como el máximo órgano de dirección universitaria. Eficaz, eficiente y productivo, con capacidad para definir las políticas necesarias para hacer de la UCV una institución moderna, bien gerenciada, altamente comprometida con los intereses nacionales.
- El establecimiento de un tipo diferente de relacionamiento con gremios y sindicatos con acento en la institución, cumplimiento de obligaciones laborales, actividad universitaria diaria y retorno progresivo a la presencialidad de todos los sectores.
- Definir con prontitud un programa de acción para el corto, mediano y largo plazo, con objetivos y metas claras y precisas, asignación de responsabilidades, acotadas a un tiempo determinado y con asignación de recursos.
- La universidad debe abrirse al mundo, nacional e internacionalmente pensado. Se requiere de la definición de una política de internacionalización y de nacionalización que propicie la cooperación institucional.
- Se impone la creación de una comisión universidad-gobierno, para dirimir con altura y propiedad la serie de asuntos que conciernen a esta relación. Entre otros, el rescate de funciones administrativas usurpadas, el mejoramiento de las condiciones generales de trabajo, lo que incluye, la remuneración al trabajo universitario y la protección social de los miembros de la comunidad universitaria y la vigencia de la contratación colectiva y vigilancia de su cumplimiento. Sin mejoría en estos aspectos, cualquier propuesta de hacer otra cosa es un engaño.
- No habrá universidad moderna, mejor universidad, con salarios miserables, de hambre, y sin condiciones de trabajo satisfactorias.
- Revisión total del ordenamiento jurídico interno para hacerlo flexible, facilitador de los procedimientos académicos y administrativos y la captación de ingresos propios, cuyo fin sea el mejoramiento institucional y la calidad de vida de los miembros de la comunidad universitaria.
- La UCV ha quedado descabezada en cuanto al orden jurídico externo. La contienda electoral y el Reglamento Electoral Transitorio dieron al traste con la Ley de Universidades. Se impone, con urgencia, la presentación de un Proyecto de Ley de Universidades. Y, consecuentemente, de la legislación interna.
- La universidad del presente y del futuro debe privilegiar la investigación y el postgrado, estas dos actividades no pueden seguir siendo las cenicientas universitarias y, al mismo tiempo, pensar en una universidad moderna.
- Los estudiantes son la razón de ser de la universidad. Sí hay estudiantes hay profesores, empleados y obreros, hay providencias estudiantiles, hay control, monitoreo de las actividades académicas y administrativas, en definitiva, vida universitaria. Por consiguiente, la universidad debe abrir sus puertas a todo el que quiera entrar, cero restricciones de cupo y exclusiones, la universidad es del pueblo y para el pueblo, el Campus Universitario debe ser un espacio para la cultura y el esparcimiento de pueblo caraqueño.
- Urgente la erradicación de focos de corrupción administrativa y académica en la universidad.
- Se requiere la restitución- devolución inmediata a los profesores del patrimonio mobiliario e inmobiliario de la extinta y, en mala hora liquidada, Fundación Fondo de Jubilaciones y Pensiones del Profesorado de la UCV (FONJUCV).
- El equipo rectoral, finalmente, debe devolverle a la comunidad universitaria el espíritu universitario, vocación de servicio, arraigo e identificación institucional, seguridad y confianza en la administración de recursos, rendición de cuentas, transparencia en la actuación y comunicación directa.
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