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EN LA UNIVERSIDAD CENTRAL DE VENEZUELA FLORECERÁ LA ESPERANZA

Absalón Méndez Cegarra

En la Universidad Central de Venezuela (UCV), recién ha finalizado el proceso electoral que permitirá la renovación del gobierno universitario luego de un receso que se prolongó por 15 años. Las elecciones en la UCV fueron el fruto de un acuerdo entre autoridades rectorales y decanales y el gobierno nacional. El juego electoral que se mantenía trancado, supuestamente, por imperio de la Ley Orgánica de Educación (LOE) y varias decisiones del máximo tribunal de la República, se destrancó, curiosamente, con la aprobación, por parte del Consejo Universitario de la UCV, de un Reglamento Electoral Transitorio (RET), dicho Reglamento guió parcialmente el proceso y, decimos, parcialmente, porque en su auxilio acudió, al parecer, supletoriamente, la Ley de Universidades y el viejo Reglamento de Elecciones Universitarias. La organización de las elecciones universitarias fue encomendada a la Comisión Electoral (CE) como lo ordena la Ley de Universidades; pero, los cambios derivados de la nueva noción de comunidad universitaria y su composición, encontraron a una CE sin capacidad técnica y gerencial para llevar a cabo un proceso electoral con cierta complejidad, lo que dio como resultado grandes fallas e irregularidades, inclusive, la convocatoria a un acto electoral fallido, lo que desmotivó considerablemente la participación de los electores: profesores, estudiantes, egresados, empleados y obreros.

Siete fórmulas aspiraron a los cargos rectorales, varios candidatos se postularon para ser electos decanos y nueve planchas aspiraron a la representación de los profesores ante el Consejo Universitario y, muchas más, para la representación profesoral ante los Consejos de Facultad y Consejos de Escuela.

En la primera vuelta electoral, celebrada el 9 de junio del año en curso, los votantes eligieron a ocho de los once decanos de Facultades y a la totalidad de los representantes profesorales ante los distintos niveles de cogobierno y Consejo de Apelaciones.

Ninguno de los equipos rectorales contó con el favoritismo electoral para ganar en la primera vuelta. Clasificaron dos opciones. Las encabezadas por los distinguidos profesores Humberto Rojas y Víctor Rago. El profesor Humberto Rojas pasó a la segunda vuelta, 30 de junio, con su equipo completo, no, así, la fórmula del profesor Víctor Rago. De esta fórmula quedaron Rago y la candidata a secretaria, la distinguida profesora Vilma Nuñez. El equipo de Rago se reestructuró para participar en la segunda vuelta, con dos candidatos triunfadores que acompañaron al profesor Amalio Belmonte, los apreciados e ilustres profesores Fátima Garcés, candidata a Vice-Rectora Académica y José Balbino León, candidato a Vice-Rector Administrativo.

La contienda electoral resultó en extremo reñida, muy competitiva. La votación profesoral, como se esperaba, fue determinante. La votación de los restantes sectores disminuyó significativamente. El profesor Víctor Rago, resultó electo Rector; Vice-Rectora Académica, la profesora Fátima Garcés; Vice-Rector Administrativo, José Balbino León; y, Secretaria, la profesora Corina Aristimuño, proveniente de la fórmula presentada por el profesor Humberto Rojas. Este es el equipo rectoral, plural en su integración, que dirigirá a la UCV durante los

próximos 4 años, equipo al cual le deseamos la mejor de las suertes, pues, le tocará remar la barca institucional en aguas tempestuosas y en condiciones nada favorables. Nos atrevemos a decir, que, sin duda alguna, será un gobierno de transición que requerirá del mayor apoyo de la comunidad universitaria, la sociedad nacional y el gobierno de turno, de otra manera, imposible salir del marasmo en que se encuentra la UCV, del cual en mayor o menor medida todos somos responsables, bien por acción o por omisión.

Los profesores Rojas y Rago, ambos con brillante hoja de servicio universitario, no antagonizaron en cuanto a la necesidad de un cambio en la dirección y gobierno de la Universidad, los dos se comprometieron a la recuperación de la Universidad para hacer de ella una institución moderna, siglo XXI, al servicio del país y de los venezolanos, con decidida articulación con el mundo exterior y procura de bienestar social para sus integrantes. La diferencias pueden encontrarse en el estilo personal, en la manera de ser de los profesores, para lograr tan nobles propósitos.

El profesor Rago es parco en sus planteamientos, cuidadoso en el hablar, comedido en las propuestas, muy ´objetivo en sus consideraciones y análisis, gran conocedor de las posibilidades de acción en la dinámica universitaria actual, de pensar pausado, no se embriaga con las emociones, es calculador, amante del diálogo y del entendimiento cordial. Sabe escuchar. Estimamos que compró nuestro mensaje de Universidad Posible. Abogará y trabajará incansablemente, junto a su equipo, para construir una universidad posible. La universidad que con el esfuerzo de todos, sin exclusiones de ningún tipo, y con recursos en extremo limitados, logremos tener en el corto, mediano y largo plazo.

La UCV salió triunfante del proceso electoral. Fue como un despertar colectivo, un renacer universitario, por lo que debemos felicitarnos todos; pero, necesario es reconocer que también salió a relucir la maledicencia, la miseria humana, típica de la guerra sucia electoral. Hubo actos de inconsecuencia, deslealtad, traición, retractación de la palabra empeñada, vejaciones, humillaciones. Lo más sorprendente, lamentable y cuestionable, la segregación y discriminación por razones de edad, impedimentos físicos, creencias religiosas y políticas, origen racial y por condiciones sociales. Los candidatos a Rector fueron víctimas de este tipo de comportamiento. Lo más condenable fue el ataque inmisericorde a la profesora Vilma Núñez, candidata a Secretaria en la fórmula del profesor Rago, ataque perpetrado, inclusive, por quienes le prometieron su apoyo, lo que incidió notablemente en su triunfo. Así las cosas, a la UCV se le negó la posibilidad de tener un excelente cuadro gerencial al frente de la Secretaría de la UCV. Pero, con todo, apostamos, a que con Víctor Rago y su equipo, en la UCV florecerá la esperanza.

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