EL BONO DE FIN DE AÑO PARA LOS UNIVERSITARIOS
Absalón Méndez Cegarra
El gobierno nacional quiere adelantar, a toda costa, las navidades. En el país, no hay servicio eléctrico, pero, el gobierno adorna con luces y motivos navideños de mal gusto, calles, avenidas, plazas y, por supuesto, no podía faltar, el Palacio de Miraflores. A la pandemia covid-19, la licencia por 60 días, es buena y justa la medida, la pandemia se lo merece, luego de más de dos años sin descansar, evidenciando las miserias de los servicios públicos y privados de asistencia médica del país y su rosario de cientos de personas fallecidas, debe tener un reconfortante descanso, para que recupere energías perdidas en tan ardua labor humanitaria y retorne en el año nuevo con más fuerza y vigor.
El ambiente navideño propicia la fiesta electoral del 21 de noviembre, razón suficiente para que toda la gente salga a la calle, para eso gobernaciones y alcaldías han generado empleo precario destinado a limpiar calles y autopistas, cortar malezas y tapar huecos y todo lo que afea la ciudad con pintura. En esta tarea populista, demagógica y clientelar no hay diferencia entre gobierno y oposición. Todos son iguales de deshonestos al momento de engañar a la población con el único fin de ganar votos.
Pero, el premio gordo navideño, el regalo más grande y hermoso, el bono abultado de fin de año, ha correspondido al sector universitario nacional, mejor, a parte de dicho sector, con la designación de Tibisay Lucena, eterna Presidenta del CNE, como Ministra de Educación Universitaria.
Esta designación revela el odio que siente el gobierno por la Universidad venezolana y por los universitarios. Gruesa factura la que estamos pagando los universitarios desde años y sin conocer, todavía, el saldo deudor pendiente de pago.
Tibisay Lucena es la guinda de la torta que comenzó a elaborarse hace muchos años. Todo un plan bien calculado, elaborado y mejor ejecutado. Son varias las etapas. Algunas de ellas: rango constitucional a la autonomía universitaria, centralización del pago de las prestaciones sociales, el engaño de los petro orinocos, el ataque a los Fondos de Jubilaciones y Pensiones, la Ley Orgánica de Educación (LOE), sentencias judiciales, prohibición de hacer elecciones universitarias, interinatos eternos de autoridades, contratación colectiva única, desconocimiento de la verdadera representación gremial, desconocimiento de las Universidades y sus autoridades como empleadores o patronos, eliminación de providencias estudiantiles, centralización de las partidas presupuestarias para el cuidado integral de la salud, destrucción de los institutos de previsión social universitarios, centralización por OPSU de la nómina de personal y de la contratación de personal, paralelismo sindical, desconocimiento de la autonomía universitaria, intervención directa de las universidades, control gubernamental absoluto y, para cerrar, el proceso de destrucción y aniquilación universitario, designación de Tibisay Lucena, como ministra de Educación Universitaria.
Un hecho singular llama poderosamente la atención. Podría ser simple coincidencia, un hecho casual; pero, el gobierno nacional es tan perspicaz, que, más parece, debidamente planificado en el laboratorio del mal.
En momentos que en algunas universidades se habla de elecciones para renovar autoridades universitarias, decanales y de representación profesoral, casi, que, forzadas por las circunstancias, en la UCV, después de años de espera por una decisión autonómica, el CU anuncia para el 28 de octubre próximo la realización de una consulta al Claustro sobre el contenido del artículo 34 de la LOE, numeral 3. Decisión completamente absurda, inoportuna, extemporánea, por lo demás. Consultar a un Claustro en vía de extinción, el cual no ha sido llamado nunca por el equipo rectoral actual, al igual, que no han sido convocadas las Asambleas de Facultad por los decanos correspondientes. Sus atribuciones autonómicas han sido sustituidas por el dedo del CU, semejante a lo que hace el gobierno con su CNU, para muestra, lo sucedido recientemente, en la ilustre Universidad Simón Bolívar. Ante el solo anuncio de la consulta en referencia, el gobierno ha seleccionado a su mejor bateador emergente, nada más y nada menos, que la mayor experta electoral gubernamental y la ha colocado donde tiene que estar, al frente del ministerio de Educación Universitaria. Una de sus primeras medidas, seguramente, será anunciar que todos los procesos electorales universitarios, como consta, ya, en un proyecto oficial de Ley de Educación Universitaria y en la IV Convención Colectiva Única, en ejecución, serán organizados y supervisados por el CNE, es decir, por ella, como ocurre en la actualidad con los sindicatos, gremios y organizaciones con fines electorales.
Quién piense que el nombramiento de Tibisay Lucena, como ministra de Educación Universitaria, es un acto de desesperación gubernamental, debido a que se le agotan las posibilidades y opciones de reciclaje, está totalmente equivocado. Esta es una decisión milimétricamente estudiada y tiene el propósito de agredir, aún más, al sector universitario, ya, tomado por asalto. Dentro de muy pocos días, seguramente, se ordenará la partida electoral en algunas universidades nacionales, dado que el tiempo y la salud hacen mella en las estructuras de poder universitario; en consecuencia, una experta en materia electoral, es la indicada para guiar desde un CNU, sumiso y obediente, esos procesos electorales, y, los resultados, como es costumbre, serán irreversibles a favor del oficialismo. Mientras tanto, en las universidades y gremios, deshojamos las margaritas, con una supuesta y mal pensada consulta, repetición de la realizada antes de la pandemia por la Asociación de Profesores Universitarios (APUCV), consulta en la que participaron casi un millar de profesores, quienes se pronunciaron favorables a realizar elecciones universitarias de inmediato; pero, la misma fue desconocida e ignorada por el poder universitario, considerada nula, ilegal, ilegitima y falta de representatividad.
La nueva ministra, tiene la palabra, para que este nuevo 28, el famoso 28 de Eduardo Sentein, se lleve a cabo una consulta para preguntarle a una comunidad hambrienta, sí quiere comer. ¿Qué hará el CU, en caso de realizarse la consulta, que lo dudamos, con los resultados abrumadoramente favorables al cambio de autoridades, bajo la égida o no, del artículo 34 de la LOE? Sin duda alguna, la experta electoral tendrá preparada la respuesta y, esa respuesta, será el bono navideño, de fin de año, que recibirá la comunidad universitaria ucevista.
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