Absalón Méndez Cegarra
El gobierno nacional es como el
famoso y bien acreditado humorista venezolano Emilio Lovera, con el perdón de
la comparación, pues entre uno y otro media una distancia inmensa. La
comparación viene al caso, sólo, porque a Emilio Lovera se la caracteriza como
el “hombre de las mil caras”. Este gobierno de marras tiene mil caras. Tiene la
cara de corrupto, incapaz, mediocre, mentiroso, falso, ilegal,
inconstitucional, ilegítimo, entreguista, tramposo, subordinado, ignorante, excluyente, soberbio,
autoritario, invasor, improductivo, ruinoso, bruto, tricéfalo, narcotraficante, interventor,
destructor, narco-guerrillero, militarista y varias caras más; pero, la cara
que nos interesa mostrar hoy, en este artículo, es la cara del gobierno como
constructor de obras públicas.
Las obras públicas adelantadas
por el gobierno nacional constituyen su mejor retrato, a cuerpo completo, y sin
retoque de ninguna naturaleza.
El gobierno es malo en todos los
sentidos; pero, construyendo obras públicas se pasó de incapaz. No solo porque
las empieza y no las termina, pero, las inaugura, sino por la calidad
constructiva. Algunos ejemplos son suficientes para tener idea de la
incapacidad gubernamental.
Deterioro de la red vial urbana y
extraurbana. Desde que el Ejecutivo Nacional
se atribuyó las competencias sobre carreteras, autopistas, avenidas y
calles de pueblos y ciudades, su deterioro es espantoso. En ciudades como
Caracas no se consigue un sitio en buen estado para transitar. Las calles y
avenidas parecen haber sido bombardeadas. Y, si en algún momento, forzados por
las circunstancias, se les ocurre reparar o tapar algún hueco, al día siguiente
amanece peor, por cuanto el asfalto, por su calidad, se deteriora fácilmente.
Red ferrocarrilera. Viajar de
Caracas a Valencia y ver lo que ha sido de la construcción del supuesto “gran
ferrocarril de Venezuela”, produce coraje. Miles de millones de bolívares
invertidos en una obra inconclusa que se deteriora con el paso del tiempo.
Metro Caracas-Guatire. Una ciudad dormitorio como Guarenas-Guatire,
necesitada con urgencia de una red vial que facilite el traslado de sus
moradores, observa la paralización de la construcción del Metro. Pilares
inmensos de concreto son testigos mudos de la indiferencia e incapacidad
gubernamental. El colmo de los colmos es que estas ruinas fueron inauguradas
por el Presidente de la República. Se subió a los rieles un vagón para hacer
ver que la vía estaba en pleno funcionamiento y
en servicio al público.
Metro tren Petare-La Urbina-La
Bombilla. De esta obra, igualmente inaugurada y reinaugurada por el Presidente
de la República, sólo funciona un pequeño tramo, todo lo demás se encuentra
paralizado.
Metro Cable Palo Verde- La
Dolorita. En esta obra se fusiona la improvisación con la incapacidad. Ha sido,
igualmente, inaugurada por el Presidente de la República, antes de las
elecciones, parte de la campaña electoral, pero, ha quedado inconclusa y, por
supuesto, inoperativa. La empresa constructora, se equivocó, planificó mal, o,
algo por el estilo, pues, luego de construido el ramal principal, hizo otro
adicional, para acercar a los usuarios al lugar donde originalmente tenían que
llegar, es decir, a la Estación Terminal Palo Verde. Resultado, se deterioró
totalmente la Estación Palo Verde, la Plaza adyacente es un mercado persa y, ya,
no cabe un buhonero, taxista, motorizado, más; hoy día, es el más grande terminal de
pasajeros, junto con el de El Marqués, que tiene la ciudad capital. Pasar
diariamente por el lugar produce escalofrío.
Puente Independencia. Esta mole
de concreto es un monumento a la mediocridad. Nadie sabe para qué fue
construida, pues, una conexión peatonal entre el Aeropuerto de La Carlota y el
Parque del Este no necesitaba tan
descomunal obra, suerte de puente sobre
la autopista Francisco Fajardo para que circulen tanques de guerra y
maquinaria pesada. La denominación de
la obra como “independencia” revela la noción que el gobierno tiene de esta
palabra, mejor, hubiese optado por bautizarla “Hugo Chávez”.
La ampliación de la Autopista
Valle-Coche. Esta obra de infraestructura vial es la joya de la corona de la
incapacidad gubernamental. El daño ecológico
y el caos vial generados son de incalculables consecuencias. El
Presidente de la República, al momento de su pomposa inauguración, ha debido
observarla desde abajo, desde el puente de Los Chaguaramos, para que conociera
de cerca los errores de construcción cometidos. El pecado más pequeño es no
haber previsto que debajo de la Autopista está la sede de la Dirección de Transporte
de la UCV y el estacionamiento de los autobuses, pues, ahora, los autobuses no pueden salir porque no pasan por debajo de las vigas que colocaron para soportar la estructura, es
decir, la altura del puente es más baja que la altura de un autobús común y
corriente. Igualmente, fue tapizado con pilotes inmensos el cauce del río Valle;
toda la zona aledaña al puente de Los
Chaguaramos y un laboratorio de aguas de la Facultad de Ingeniería de la UCV; además, la obstrucción del acceso a la Casa del Profesor
Universitario, UCV; Parroquia Universitaria; Estacionamientos Estructurales de
la UCV y el Estadio de Beisbol de la Ciudad Universitaria. Y, si observamos la
estructura desde la parte de arriba, puede verse las irregularidades de las
defensas, del alumbrado, del pavimento y la ausencia de desagües En el momento
de la inauguración se glorificó como una gran obra de la ingeniería
venezolana.¡ Qué vergüenza! El Colegio de Ingenieros de Venezuela, organismo
que alertó oportunamente sobre lo inconveniente de la obra, sin los debidos
estudios geológicos, hidráulicos, ambientales y urbanísticos, debería proceder a suspender el ejercicio profesional
de sus miembros, ingenieros que participaron en la construcción de semejante
barbaridad, la cual, hoy, sigue inconclusa, colocando remiendos por todas
partes. Una pregunta salta a la mente. ¿Quién va a reparar, a resarcir, los daños causados por esta obra,
fundamentalmente, a la Ciudad Universitaria de Caracas, Patrimonio Cultural de
la Humanidad? Este adefesio vial es la mejor cara del gobierno nacional. Lo
retrata íntegramente.
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