Asunto: Supuesto nombramiento del Presidente de la República paraintegrar el equipo del nuevo Vice-ministerio para la Suprema FelicidadSocial
Asunto: Supuesto nombramiento del Presidente de la República para integrar el equipo del nuevo Vice-ministerio para la Suprema Felicidad Social
Fecha: 27-10-2013
Apreciados colegas trabajadores universitarios y connacionales.
Hoy, una vez más, me he visto forzado a utilizar la red para dirigirme a ustedes, en la oportunidad de desmentir, públicamente, un supuesto nombramiento hecho por el señor Presidente de la República, para integrar una nueva cartera ministerial. El asunto ha podido pasar inadvertido, pues, no soy un hombre público cuya conducta pueda despertar interés nacional; pero, las cosas han sucedido de otra manera y, la alusión presidencial a mi persona ha desatado pasiones, odios y rencores, calumnias y vilipendios, por motivos que no termino de entender, pero que dañan en lo personal y familiar injustificadamente.
El jueves de la semana pasada, el señor Presidente de la República, en cadena nacional, anunció la creación de un Vice-ministerio para concentrar en él buena parte del marco institucional de la asistencia social en Venezuela, medida que me parece sana si con ella se busca ordenar y racionalizar la política social del Estado y el gasto público social. En esa alocución se refirió a mi persona, luego de indicar que la nueva dependencia estaría a cargo de los doctores Rafael Ríos y Julio César Alviárez, en los términos que copio de la página web del Diario El Universal, jueves 24 de octubre, 2013: “(…) y también con el doctor que es adeco pero es un hombre que sabe, experto en seguridad social, Absalón Méndez”.
Al señor Presidente, debo decirle, con todo respeto, que no soy ni he sido adeco. De haber pertenecido a esa organización política, no tendría por qué ocultarlo, por el contrario, me sentiría orgulloso de su militancia, al igual que muchos de los hombres y mujeres que hoy comparten con el Presidente funciones de gobierno. Una simple consulta a los Diputados Oscar Figuera, Alfredo Ramos y Andrés Velásquez, hubiese sido suficiente para conocer el lado de la cancha en el que he tenido militancia y simpatía.
El señor Presidente, con quien, ciertamente, trabajé cuando ejerció la Presidencia de la Comisión de Desarrollo Social Integral de la Asamblea Nacional, cuando ejerció la Presidencia e integró dicha Comisión, origen del conocimiento que tiene de mí, ha opinado, públicamente, en dos ocasiones sobre mi persona, en términos que no considero irrespetuosos, por el contrario, altamente positivos. No hay razón alguna para que no lo haga así; pues, no he cometido delito alguno, no soy traidor de la patria, me formé profesionalmente en mi país, a él me debo, le he servido y estoy dispuesto a servirle si me necesita en cualquier circunstancia.
La sola referencia presidencial ha causado en algunos sectores, posiblemente, con intereses bastardos, una reacción inesperada, seguramente, pensando que se trata de una posición buscada por mí. Nada más alejado de la realidad. Tranquilos todos. No estoy buscando cargo alguno, ni aspiro tenerlo; por consiguiente, no se desesperen, que no voy a ningún organismo público a ocupar algún espacio, simplemente, no estoy interesado en ejercer funciones de gobierno. De haberlo querido, debo decirlo, con franqueza, que en dos oportunidades el Presidente Chávez, me pidió ocupar una cartera ministerial, luego me designó Director del IVSS, donde permanecí dos meses; y, durante varios años, me desempeñé como asesor de la Comisión de Desarrollo Social Integral de la Asamblea Nacional y de la Comisión Técnica de Seguridad Social, escenarios en los que cumplí una labor al servicio del país, al crear, junto con otros compañeros, entre quienes destacan los doctores Rafael Ríos y Julio César Alviárez, a quienes respeto y estimo, el cuadro legislativo en materia de seguridad social, lamentablemente, no llevado a la práctica. Previo, a estas funciones, en 1998-99, el Doctor Jorge Giordani, me nombró miembro de la Comisión de Enlace de Seguridad Social, junto con los doctores Héctor Navarro y LuísFuenmayor Toro (Comisión de Asuntos Sociales y de Salud, respectivamente). Antes de todo esto, en la llamada IV República, fui, también, asesor en la Comisión de Desarrollo Social del Congreso Nacional, al frente de ella, estaban los Diputados Víctor Moreno y Alfredo Ramos, junto con José Ferrer, Rafael Pinto y, más, específicamente, con Getulio Romero, Urimare Capote y Erick Rodríguez, elaboramos, lo que no dudo en calificar, como el mejor proyecto de Ley Orgánica del Sistema de los Seguros Sociales en Venezuela. Durante la segunda presidencia del Dr. Rafael Caldera, formé parte al lado de ilustres venezolanos, entre ellos, el Doctor (SJ) Luis Ugalde, de la Comisión para el Estudio de la Reforma Laboral y de la Seguridad Social. Señalo lo anterior, sin vanidad alguna,para hacer saber que, a diferencia, de muchos venezolanos, según investigaciones realizadas, no tengo ambición de poder; si la tuviese, lo juro, a los detractores y calumniadores de ocasión, los buscaría, personalmente, hasta debajo de las piedras, para hacerles pagar sus calumnias, difamaciones y vilipendios.
Soy un venezolano que duerme sin sobresaltos. Camino por las calles de mi país con la frente en alto. Puedo salir y entrar a mi país sin inconveniente alguno, simplemente, porque no tengo deudas con la justicia y no he cometido delito alguno. He sido juzgado por una justicia mercenaria. Los verdaderos delincuentes han quedado absueltos de toda culpa y las personas honestas sancionadas. Pero, esto, lejos de amedrentar, da impulsos para seguir por la vida con mucho orgullo y dignidad.
Como he dicho supra, el supuesto nombramiento presidencial, ha despertado pasiones, odios y maledicencia humana. Hoy, de nuevo, se me acusa, irresponsablemente, de corrupto, de delitos que no he cometido. Las redes sociales han dado cuenta desde el jueves pasado de esa difamación y vilipendio, sin prueba alguna.
Desde esta tribuna pública, pido, primeramente, al gobierno nacional, que abra una investigación sobre mi conducta ciudadana; y, en segundo lugar, a las autoridades universitarias de las 18 instituciones universitarias que formaron parte, como accionistas, de UXXI Servicios Financieros, las cuales tuvieron a bien designarme su Presidente, para que se determine, sí durante mi gestión al frente de esa empresa, cometí delito alguno, inclusive, si recibí sueldo o remuneración por su ejercicio, si el patrimonio de algunas de las instituciones miembros resultó afectado por mi conducta. Existen testigos de excepción, vinculados o no, con el gobierno nacional, por ejemplo, la Doctora Ana Teresa Ferrigni, Presidenta, para el momento, del Fondo de Jubilaciones de la UCLA, Presidenta deUniversitas de Seguros, C.A., luego, Superintendente de Seguros. Ella puede dar fe de mi conducta. También, pueden darla los presidentes y presidentas de la Superintendencia Nacional de Valores, en sus distintos momentos. Pido,respetuosamente, de manera directa, a las autoridades Rectorales de las Universidades Central de Venezuela y Simón Bolívar, instituciones a las que pertenecen dos de mis principales detractores y difamadores, inclusive, uno de ellos, es miembro principal, representante profesoral ante el Consejo Universitario de la UCV, que ordenen la investigación solicitada, me sancionen si he cometido los delitos que ellos dicen que he cometido, caso contrario,adopten las medidas disciplinarias que el ordenamiento jurídico universitario establece. No hacerlo, es un actuar cómplice, y, la complicidad, es, igualmente, un delito, porque quien tiene conocimiento de la comisión de un delito y no lo denuncia, es cómplice.
Finalmente, a los dos colegas profesores que se han ocupado de difamarme, al igual que otras personas, de inculparme delitos, los reto a acudir, el lunes, a las 8 de la mañana, a los órganos de administración de justicia, Ministerio Público y Tribunales Penales, a presentar formal denuncia y acusación. E, igualmente, reto, a que busquen el escenario que consideren conveniente para que, públicamente, den a conocer los delitos que me imputan. Si no lo hacen, son, unos verdaderos cobardes, pusilánimes, dignos del desprecio público. Vamos, sin miedo, adelante, así es que se prueba la hombría, la decencia, la honradez. Mis respetos. Absalón Méndez Cegarra.
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