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MERCADO NEGRO OFICIAL


                                                         MERCADO NEGRO OFICIAL 

                                                                                                                        Absalón Méndez Cegarra

El gobierno nacional ha logrado, por fin,  su propósito de empobrecer a la casi totalidad de la población venezolana. El tema del control de cambio y, su consecuente,  administración-racionamiento de divisas, se convirtió en asunto de imposible manejo para unos hombres y mujeres en funciones gubernamentales, probadamente ignorantes en materia económica, monetaria y financiera. Un alumno de pre-escolar, con seguridad, lo hubiese hecho mejor.

Desde el momento del establecimiento del control de cambio en Venezuela, hace más de una década, hasta hoy,  justificado por la fuga de divisas,  ha salido  mayor cantidad de dólares  hacia el exterior que  antes de su implantación, consecuencia, fundamentalmente, de la corrupción y de un no saber qué hacer con una medida fácil de adoptar, necesariamente transitoria en una economía cualquiera, difícil de restablecer, peor, aun, en una economía pobre como la venezolana,  con dirección errática, por lo que, entre nosotros,  la medida se  perpetuó, en virtud de la   práctica del ensayo y error, lo que quiere decir, que, con la misma  se ha logrado un efecto totalmente contrario al pensado, sí, alguna vez lo fue.

El último ensayo gubernamental, hasta ahora, conocido como SICAD II, constituye la creación de un mercado negro oficial de divisas. SICAD II no compite con las paridades que le anteceden y mantienen, para engañar tontos: Dólar a Bs 6,30 y Bs 11,50 (SICAD I), sino con el llamado dólar paralelo o mercado negro, el cual, el gobierno se empeñó en negar, calificándolo de fantasma, inexistente e, inclusive, prohibiendo legalmente su referencia o nombramiento, a pesar, que, era el eje direccionador de toda la economía del país y de los negocios públicos y privados.

Al gobierno se le ha caído la careta. Ahora, sí, ha mostrado al mundo entero su incapacidad, ineficacia e ineficiencia en materia económica.  Ha mostrado a la comunidad nacional e internacional, la fórmula para transformar  un país rico en  un país pobre. Genialidad, que, con seguridad, le hará acreedor al premio nobel de economía en futuro próximo y será materia obligada de estudio en las mejores escuelas de economía de los países de la tierra.

En Venezuela, no existe mercado negro, clandestino, ilegal, de divisas. El gobierno lo ha oficializado y, en adelante, éste mercado será el marcador para el desenvolvimiento de la economía nacional. Ahora, resultará indiferente comprar un dólar a un vendedor en cualquier esquina, en los aeropuertos, por ejemplo, que al gobierno nacional; mejor, hacerlo fuera de la esfera pública, por cuanto se evita la tramitación engorrosa creada para engañar incautos.

Hace algunos años cuando se condenó, satanizó y prohibió legalmente el mercado de permuta, se criminalizó las operaciones en divisas transadas en dicho mercado con una comisión implícita que colocaba a la moneda norteamericana en un valor distinto al oficial. En este momento, personas o instituciones con moneda dura, invertida  fuera, adquirida, por ejemplo,  a  Bs 3 o 4, por encima del cambio oficial del momento,  registrada en la contabilidad como pérdida cambiaria, por tal razón,  acción condenable por corrupta; en el presente,  por mandato  y gracia oficial, pueden realizar operaciones de cambio a Bs. 52 por dólar, con lo que el registro contable, pasa, por arte de magia, de negativo a positivo, la pérdida contable de ayer, sin, ni siquiera realizarla, es, hoy,  ganancia cambiaria.

El colmo de la incapacidad-mediocridad y del  pretender que los venezolanos somos ignorantes, carentes de inteligencia alguna, es la prédica oficial que con el SICAD II, no se produce alteración en la economía, no habrá inflación, escasez, desabastecimiento, dificultades para importar y, sobre, todo depreciación del signo monetario nacional y la consecuente pérdida del poder adquisitivo de la moneda y de los salarios.

El pobre bolívar fuerte se ha devaluado hasta el infinito. El salario mínimo-promedio en Venezuela, con el que el gobierno se ufanaba de ser uno de los más altos de América Latina, es, en el presente, el equivalente a 62 dólares mensuales, 2 dólares diarios, con lo que los venezolanos hemos pasado a engrosar la mil millonaria cifra de seres humanos  que en el planeta  vive  con 1,45 dólares diarios, según reportan investigaciones de diferentes organismos de las Naciones Unidas. Cualquier parecido con la hermosa Isla de Cuba, mar de la felicidad, es sólo coincidencia.

Para acercar las cosas a nuestro mundo universitario y, predicar con el ejemplo,  a propósito de los supuestos  grandes alcances y las descomunales reivindicaciones alcanzadas con la Primera Convención Colectiva Única de los Trabajadores del Sector Universitario (I. CCU), entre otras, congelar durante todo el año 2014 el ajuste salarial, un profesor Instructor, a dedicación exclusiva, cuyo sueldo al 01-01-2014, se ubicó, como gran conquista, en Bs 7.854,00, es, ahora, con el SICAD II, de 151, 47 dólares, es decir, 5 dólares diarios, 3 dólares  por encima del salario mínimo nacional.  Un profesor titular, igualmente, a dedicación exclusiva, con salario a comienzo de año de Bs. 15.297,00, gana, en el presente, en virtud del milagroso SICAD II, 294, 97 dólares  mensuales,  10 dólares diarios.

Con la maxidevaluación causada con el SICAD II no hay forma ni manera de negar el empobrecimiento al que el gobierno nacional ha llevado a la población venezolana. Como hemos señalado, anteriormente, el dólar SICAD II, es y será el marcador de referencia para fijar todos los precios. Toda la armazón creada por el gobierno, teóricamente, para luchar contra la especulación, la usura y la inflación, llamase  INDEPABIS, Ley de Precios Justos, regulación de alquileres, de precios, entre otras ridiculeces, se ha venido al suelo; pues, todo será transado, en adelante,  al precio del dólar del mercado negro oficial: SICAD II.

 

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