VENEZUELA BELLA Y AUTONOMÍA UNIVERSITARIA
Absalón Méndez Cegarra
Venezuela Bella es una de las tantas misiones creadas por el gobierno nacional en fecha reciente con miras a la recuperación de ciertos espacios, con el propósito de mostrar una mejor cara del país.
La misión Venezuela Bella ha llegado al Campus Universitario de la Universidad Central de Venezuela, declarado por la UNESCO patrimonio Cultural de la Humanidad, debido a su hermosura paisajística, arquitectónica y la cantidad de obras de artes que lo adornan. La falta de mantenimiento, el descuido, la desidia gubernamental y de la propia comunidad universitaria, fueron erosionando y deteriorando la ciudad universitaria, cuya expresión terminante fue el derrumbe de uno de los techos que cubre el pasillo que circunda el espacio conocido como “tierra de nadie”.
Este derrumbe movió la fibra de propios y extraños y, según se conoce, la UNESCO aportó recursos económicos para la recuperación del techo afectado, obra que quedó a cargo de la Alcaldía de Caracas.
El gobierno nacional ha aprovechado esta circunstancia y con el apoyo del gobierno universitario ha entrado en posesión de la ciudad universitaria en abierta violación de la autonomía universitaria, por cuanto la remodelación de los jardines y de algunas de las edificaciones, en la práctica, se ha convertido en una toma o allanamiento de la Universidad, con oficinas en cada dependencia en remodelación, control de ingreso y de la circulación por calles y avenidas de la ciudad universitaria.
La Guardia Nacional se ha adueñado de la UCV y, además, según parece, las autoridades universitarias han girado instrucciones para que la Policía Nacional Bolivariana recorra la Universidad y detenga a personas dentro del recinto universitario.
Pero, este allanamiento pacífico de la UCV, va mucho más allá de la conquista y apoderamiento de espacios, éste ha sido el comienzo y la excusa perfecta para avanzar hacia el control administrativo y académico de la Institución. La UCV ha sido privada de muchas de sus funciones de carácter administrativo. Ya, no es la empleadora de su personal ni la pagadora de sueldos y salarios y demás beneficios laborales. El nuevo patrono de los trabajadores universitarios es un intangible e invisible que se denomina “Sistema Patria”, entidad que paga sueldos y salarios en el momento que se le ocurre y a quien no se puede reclamar ninguna irregularidad.
La factura que ha pagado y deberá pagar la UCV por ver recuperar jardines y edificaciones ha sido y será demasiado onerosa, muy elevada, significa la entrega de espacios y atribuciones administrativas y académicas e, inclusive, el ejercicio mismo del gobierno universitario. Se comenta que el servicio de seguridad y custodia de la UCV es ignorado por los contratistas de obras y por las autoridades militares y policiales, son ellos los que permiten la entrada o salidas del
recinto universitario. Trabajos que se estimaba su realización en corto tiempo llevan años paralizados o con avances muy lentos, lo que hace ver que la toma de posesión es para largo.
Una última novedad que ha comenzado a circular es la relacionada con actos de corrupción en la contratación de las obras de mantenimiento. Según parece, los contratistas, más de cuarenta, son profesores de la Universidad, quienes han creado empresas de maletín para hacerse de jugosos contratos bajo el amparo de un señor con estrechos vínculos gubernamentales, nada diferente a lo que sucede en otros lugares del país.
Las autoridades universitarias se hacen las ciegas; pero, la comunidad universitaria ha comenzado a despertar y reaccionar y ya se habla de acciones de protesta.
De no mediar este tipo de acciones, el proyecto de atender el deterioro de los espacios abiertos y cerrados de la UCV sería digno de encomio. La ciudad universitaria lo merecía desde hace mucho tiempo. Hay que ver lo que significa el deterioro de un espacio como el Aula Magna, seguramente, la mejor sala del país y una de las mejores del mundo, con un aforo de 3.000 personas y una acústica impresionante. Los jardines recuperados lucen bellísimos, igual, las edificaciones, inclusive, la mano remodeladora ha llegado al Instituto Autónomo Hospital Universitario de Caracas, el cual está integrado a la ciudad universitaria, sometido, como el resto de la ciudad, al abandono.
Los universitarios debemos volver a la ciudad universitaria. Hacer vida y presencia universitaria. Velar y cuidar todo lo recuperado y exigir la culminación de lo que falta. Recuperar las atribuciones perdidas y exigir a las autoridades presentes y futuras un mayor respeto y defensa de lo que queda de autonomía universitaria. Un rectorado no puede significar la entrega sumisa de la facultad autonómica de la Universidad.
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