LOS 25 DE LA CARTA A JOE BIDEN
Absalón Méndez Cegarra
La carta enviada por 25 ciudadanos venezolanos al presidente de los Estados Unidos de América, Joe Biden, abogando por el gobierno de Nicolás Maduro y pidiendo la suspensión de sanciones impuestas a Venezuela, porque ellas no han dado los resultados esperados, revela una enorme torpeza y un desconocimiento total y absoluto de la realidad nacional.Las sanciones económicas y políticas establecidas por diversos países del mundo han recaído en cabeza de determinadas personas, consideradas, por los sancionadores, responsables de violación de derechos humanos y de crímenes de lesa humanidad.
El pueblo de Venezuela, el verdadero pueblo, ha sido sancionado durante más de 20 años por los desgobiernos de Hugo Chávez y Nicolás Maduro. Venir a estas alturas del partido a decir que el sufrimiento del pueblo venezolano es causado por las sanciones económicas de EE. UU y de la UE, es negar 20 años de suplicio. Las sanciones son de data reciente. El calvario venezolano es de vieja data.
Extraña, sobremanera, la catadura de los firmantes. Haciendo un paralelismo y parafraseando el famoso libro del Comisario de la extinta Policía Técnica Judicial, Fermín Mármol León:” Cuatro Crímenes, Cuatro Poderes”, podemos decir, que, entre los firmantes, encontramos de manera tácita, no expresa, pero, claramente, sí la carta se lee entre líneas, a cuatro poderes y dos crímenes. Los poderes: político, sindical, económico y comunicacional. Los crímenes: traición a la patria y engaño continuado.
La carta puede ser leída y comprendida de distintas maneras. Cada quien es libre de hacerlo. La carta es pública y abierta, hecha para que la conozca la sociedad nacional e internacional. Los firmantes se han retratado en grupo.
La carta y su contenido no es inocente, tampoco, son inocentes sus firmantes. Es verdad que actuaron a título personal, como ciudadanos venezolanos; pero, todos los firmantes son personas públicas y se les conoce por la pertenencia a importantes instituciones de la vida nacional, entre otras: sector universitario, Asamblea Nacional, FEDECAMARAS, movimiento sindical y medios de comunicación.
Pero, lo más curioso del asunto, es, que, pareciera, que los firmantes responden a una cuidadosa y deliberada selección previa, intencional, hecha por alguien, pues, como se observa, no se trata de “recoge latas”, se trata, simple y llanamente, de personas formadoras de opinión pública, con un discurso abierto de denuncia y cuestionamiento hacia el gobierno nacional y sus ejecutorias, lo que les ha permitido ubicarse y sacar provecho de una supuesta y camaleónica oposición, además, de ser considerados como referencia nacional en materia económica, laboral-sindical, empresarial y comunicacional.
El contenido de la carta es una renuncia expresa a lo vociferado y escrito anteriormente. Es un retractar de opiniones y acciones anteriores. Es un pedimento de perdón por haber ofendido a un gobierno tan bueno, preñado de buenas intenciones, no llevadas a la práctica por impedirlo las malvadas sanciones.
Los males nacionales no son causados por las erráticas políticas económicas, monetarias y financieras, la inflación no se debe a la maquinita de hacer billetes que tiene instalada el gobierno nacional en una banca central bajo su control. No, se debe a las sanciones. La destrucción del aparato productivo nacional no se debe al abandono del campo, confiscación de fincas, falta de crédito, inoperatividad de la industria manufacturera, traslado de empresas hacia el exterior y liberación de las importaciones, como se decía en FEDECAMARAS. No, se debe a las sanciones. La conversión de las empresas básicas de Guayana y de la industria petrolera en chatarra para ser vendida al exterior, no se debe a la falta de mantenimiento, al vandalismo del PSUV y de los colectivos, así como a la falta de inversiones reproductivas. No, se debe a las sanciones. La ausencia total de los servicios de agua, electricidad, telefonía y transporte, no es por falta de mantenimiento y descuido de las instalaciones. No, es obra de las sanciones. La baja popularidad, credibilidad y legitimad del gobierno que registraban las encuestas de data análisis, así como la precarización del salario, dolarización de la economía y costo de las cestas básica normativa y alimentaria, eran falsas, mentirosas, interesadas, compradas por interesados, invenciones de personas interesadas en perjudicar al gobierno.
Finalmente, encontramos otra curiosidad en la misiva al malo de Joe Biden. La concordancia entre el discurso de Nicolás Maduro sobre el diálogo y el interés de éste en sentarse a negociar con los EE.UU.
El presidente de la República, ignorante del diálogo y la negociación, siempre pone condiciones. Se muestra abanderado del diálogo y de lo que él entiende por tal, pero, cuando se cumplan sus condiciones. Las de ahora es la presencia de todos los sectores del país, lo que explica la carta y la segura invitación de los firmantes a Miraflores. Es decir, una nueva oposición claudicante. Los EE. UU, se han sumado al coro de opiniones favorecedoras del diálogo.
El presidente de la República, también, ha manifestado su interés en reanudar las relaciones con los EE. UU, las que han sido suspendidas, los firmantes de la carta pueden resultar buenos facilitadores, la patria se lo agradecería. Varios de ellos tienen entrada franca al país del Norte.
Lo que la opinión pública nacional piense tiene sin cuidado a los suscribientes de la carta. La misión ha sido cumplida exitosamente.
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