DEMOCRACIA PARTICIPATIVA Y PROTAGÓNICA EN EL PROYECTO DE LEY DE
EDUCACIÓN UNIVERSITARIA
Absalón Méndez Cegarra
Democracia: gobierno del pueblo y para el pueblo. El pueblo es el soberano. La democracia, llevada al plano de las Universidades, sería, entonces, el gobierno de la comunidad universitaria, es decir, del pueblo universitario, en los términos como concibe la autonomía universitaria la Ley de Universidades vigente, artículo 9, y, la Constitución de la República, artículo 109.
Pero, resulta, que todo ello es palabrería hueca, vacía, decoración discursiva, pues, la verdadera democracia existente es la que impone unilateralmente el gobierno nacional, a su real saber y entender.
Durante los últimos días, a propósito de lo que el gobierno entiende por democracia participativa y protagónica en el ámbito universitario, ha causado sorpresa y malestar en algunos sectores lo ocurrido en la muy ilustre Universidad Simón Bolívar (USB), con la designación del equipo rectoral de esa Universidad, debido a la falta absoluta del Rector, ocasionada recientemente, con total y absoluta prescindencia del ordenamiento jurídico que rige el funcionamiento de la USB y, en general, de la Ley de Universidades.
Ahora bien, con todo el respeto por la comunidad universitaria de la USB y por quienes se han venido pronunciando sobre el particular, esta nueva arbitrariedad del CNU no debería causar alarma ni sorpresa alguna, pues, es lo que ha venido sucediendo desde hace tiempo en todas las universidades del país, inclusive, las privadas.
El gobierno ha planificado pacientemente dar al traste con la autonomía universitaria y han acudido solícitamente en su auxilio el Poder Legislativo (LOE) y el Poder Judicial (sentencias que impiden la elección del gobierno universitario), con lo cual ha desaparecido todo vestigio autonómico, razón suficiente para que el gobierno haga de las suyas e intervenga las universidades, imponiendo gobiernos de facto, bajo la mirada atónica de una comunidad universitaria y país completamente ausentes, inmovilizados y paralizados por completo.
El voto salvado del Rector de la Universidad de Los Andes, ante el hecho consumado del CNU, designar a las autoridades de la USB, sin atender a las normas que regulan esta Universidad, da cuenta del carácter hegemónico, dictatorial, antidemocrático y antiparticipativo del máximo organismo rector de la vida universitaria en Venezuela.
El CNU y, su brazo ejecutor, la OPSU, se han convertido en los verdugos de la Universidad venezolana, sin fuerza alguna que lo impida, al contrario, con la benevolencia y aceptación de muchos, pues, la masacre universitaria, es favorable a sus intereses personales y políticos .Por lo que la plañidera sobre lo ocurrido en la USB es falsa, toda vez que ante la ausencia del Vice-Rector Académico de esa Universidad, se nombró en sustitución a un militar, quién ha permanecido en el cargo, sin que haya ocurrido nada, como sucede en la mayoría de las Universidades del país, en las que las autoridades rectorales, decanales y representantes profesorales, electos en el año 2008, se han mantenido en sus cargos, como autoridades interinas al infinito, sin que exista presión alguna ni de parte del gobierno ni de la comunidad universitaria, para enmendar el estado de cosas prevaleciente.
En el Proyecto de Ley de Educación Universitaria, encontramos, lo que es costumbre legislativa en Venezuela, desde la promulgación, en 1999, de la Constitución Bolivariana, la sonora frase de la democracia participativa y protagónica. Frase que irrumpe contra la llamada democracia representativa, pero, que, en el país, se ha perdido en el vacío, sustituida, simplemente, por el autoritarismo y la imposición abierta.
En el artículo 84, del Proyecto de Ley en referencia, los proyectistas dan cuenta de lo que es y debe ser, la democracia participativa y protagónica en las Universidades, a saber:
“La democracia participativa y protagónica en las instituciones de educación universitaria se materializa a través de la participación organizada de todas y todos los integrantes de la comunidad universitaria en:
1. La definición, ejecución, seguimiento, evaluación y control de las estructuras, planes y programas de formación, creación intelectual e interacción con las comunidades.
2. Los procesos de gestión académica y administrativa.
3. El ejercicio de la libertad académica establecida en la Ley Orgánica de Educación.
4. La definición de sus normas internas.
5. La concepción, planificación, gestión, rendición y contraloría social del presupuesto universitario, sus usos y fines, así como de los recursos, bienes, servicios y patrimonios de la institución.
6. La elección de las voceras y los voceros de los sectores de la comunidad universitaria”
Y, en el artículo 89, se define el nuevo poder y gobierno universitario, así:
“Son órganos de gobierno en cada universidad: la Asamblea de Transformación Universitaria, el Consejo Ejecutivo Universitario, el Consejo Disciplinario, el Consejo de Apelaciones, el Consejo Contralor, el Órgano Electoral y la Defensoría Universitaria”
En este cogobierno estará todo el mundo universitario más los órganos del Poder Popular, es decir, el pueblo organizado, en la práctica, el Ministerio de Educación Universitaria, pues, será este Ministerio el encargado de reglamentar tanto la parte electoral como el funcionamiento de este mini Estado Universitario
Finalmente, si el gobierno ama tanto la democracia participativa y protagónica por qué no promovió en la USB el proceso electoral para elegir sus autoridades e, igualmente, en el resto de las Universidades autónomas y no autónomas. Eso, sí, sería democracia universitaria.
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