EL JUEGO DEL GATO Y EL RATÓN
Absalón Méndez Cegarra
Las calamidades que padecemos los
venezolanos se cuentan por decenas. Los venezolanos hemos demostrado al mundo
que somos un pueblo con enorme capacidad de resiliencia. Utilizamos este
término técnico, psicológico, para evitar el uso de otros más gráficos, pero,
seguramente, ofensivos y escatológicos.
La vida en Venezuela es un
calvario. La gente no haya qué hacer. Gobierno y oposición, con sus acciones, están
condenando a muerte a los venezolanos. Inclusive con las acciones de buena fe,
que, las hay, sin duda, como puede ser el caso de un programa de vacunación.
Todo resulta fatal. Peor el remedio que la enfermedad. El gobierno es un
elefante en una cristalería y la oposición le sigue sus pasos.
El juego del gato y el ratón es
un buen símil para explicar la compleja picaresca política nacional e
internacional.
El gobierno de los Estados
Unidos, sin duda, el gato, se ha convertido mucho tiempo antes del
establecimiento de sanciones, en el lugar preferido por los delincuentes
venezolanos para asolear sus riquezas mal habidas y confesar sus pecados. La
lista de corruptos, ladrones, traficantes de la política, desertores,
tránsfugas, etcétera, es infinita. La justicia norteamericana, para la fecha,
ha acumulado tal número de pruebas, evidencias, testigos protegidos y riquezas
incautadas que deben haber desvencijados los estantes donde se archivan los
expedientes, aunque buena parte de los juicios acuden a la oralidad para hacer
más expeditas las causas. Aunque de repente aparecen sorpresas. Un sistema de
justicia tan riguroso como el norteamericano, en ocasiones, hace uso de las
negociaciones, tan frecuentes en nuestros predios judiciales, y la justicia se
hace lenta y engorrosa, no hay detenidos, la privación de libertad se evita
mediante pagos que se denominan fianzas, no importa el monto, siempre sale
alguien pagando, se conceden prórrogas y más prorrogas.
Total, los EEUU
terminan siendo el paraíso terrenal de la corrupción venezolana y,
posiblemente, de otros países, pues, Venezuela no es la excepción. El gobierno
nacional, también, la oposición, el ratón, conocen muy bien el juego, y lo
manejan a la perfección, de la mejor forma posible. La nación norteamericana se
ha convertido en el mejor escondrijo de opositores y no opositores, para
ocultar riquezas indebidas y vivir bien, con tranquilidad, siempre que no
molesten y cumplan con los deberes legales. Y, el resto de los venezolanos,
quedamos mirando para el techo, a la expectativa. No pasa nada.
Los EE. UU son, hoy por hoy, y,
en buena hora, el principal y más importante aliado que tiene la fracturada
oposición venezolana, caracterizada por su enorme torpeza. Y, en gran medida,
la esperanza del sufrido pueblo venezolano para salir de la pesadilla
destructora que nos ha tocado vivir. El gato, impone sanciones, adopta medidas,
procura asfixiar y tapar todas las salidas al ratón; pero, éste, astutamente,
encuentra como salir y buscar oxigenación, con lo cual el juego continúa y las
penalidades de los venezolanos siguen como si nada. Es de hacer notar que el
ratón tiene sus aliados que le sirven cobrando un buen precio por ello, al
punto que se han apoderado de la riqueza nacional y del territorio. Los
venezolanos somos extraños en nuestro propio país. Los aliados del ratón lo que
no destruyen se lo llevan. Venezuela sigue siendo un cuero seco.
Al juego del gato y el ratón hay
que agregarle elementos que lo hacen más laberíntico. El ratón, se excusa para
seguir cometiendo sus fechorías, en las sanciones impuestas por el gato,
gobierno-oposición. Los venezolanos no tenemos electricidad en los hogares,
fábricas y oficinas, no tenemos agua servida, tampoco gas, gasolina, telefonía,
internet, medios de transporte, alimentos, trabajo remunerado, etcétera; pero,
la culpa de estos males no es del ratón, sino del gato, que ha impuesto sus
sanciones. La oposición, señala, entonces, que la precondición para que el gato
suspenda las sanciones, es que el ratón se rinda, lo cual no es posible y el
juego continúa.
La pandemia de covid-19 ha
acudido en auxilio del ratón. La salida perfecta. Ha permitido someter a
privación de libertad a todos los venezolanos. Anular cualquier tipo de
conflictividad social. Violar los más
fundamentales derechos humanos. Reprimir con toda la fuerza posible la protesta
social y ocultar totalmente la ineficiencia e incapacidad gubernamental del
ratón y, en auxilio de ello, ha acudido, la cola del ratón, la oposición, con
unas acciones condenables desde todo punto de vista, que han permitido al ratón
ocultar la grave crisis sanitaria y médico-asistencial y las masacres como la
ocurrida en la cárcel de Los Llanos. El
juego sigue.
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