GEOGRAFÍA HUMANA Y TRABAJO SOCIAL
Absalón Méndez Cegarra
El asentamiento de población en un determinado territorio tiene
implicaciones de diversa naturaleza. Desde el punto de vista histórico,
político y jurídico, la población y el territorio conforman una unidad,
elemento constitutivo de las nociones de pueblo, nación y, modernamente, de Estado. Examinado el asunto
desde otras perspectivas, más específicas, es objeto de estudio de
múltiples disciplinas científicas entre las que destacan la Ingeniería,
Arquitectura, Geografía, Demografía, Salud Pública, Ciencias del Desarrollo,
Ciencias del Ambiente, Sociología, Antropología y Trabajo Social.
Max Derruau, eminente geógrafo francés, define la Geografía Humana, como
“(…) la ciencia de las relaciones múltiples que explican la instalación de los
hombres y sus modos de vida dentro de un marco espacial”. La Geografía Humana
es una disciplina científica de gran importancia y significación para entender
los procesos de poblamiento, particularmente, en países como el nuestro, en los que se carece de planificación urbana
y rural, razón por la que la población se instala en cualquier lugar, sin
considerar riesgos y los daños que pueden causarse a personas, bienes y al ambiente.
Una de las ramas de la Geografía Humana es, precisamente, la Geografía Urbana, la cual
tiene por objeto de estudio “(…) las aglomeraciones humanas representadas por
las ciudades, su población, características y evolución histórica”.
En Venezuela, hemos experimentado un proceso vertiginoso de urbanización en los últimos noventa años.
En la actualidad, el 93% de la población total del país vive en el medio urbano
y de ese porcentaje, más de la mitad, en el eje centro- norte- costero,
concentrada en las seis principales ciudades del país, entre ellas, la Ciudad
Capital. El proceso de urbanización ha sido irracional, carente de planificación
en la mayoría de los casos, por lo que tenemos ciudades convertidas, en depósitos de gente, aglomeraciones urbanas, carentes de servicios
básicos, disputándose pedazos de tierra para mal vivir. La ciudad, como espacio que sirve de hábitat a
la gente, es caótica; ciudades como
Caracas, se han convertido en espacios invivibles, por inhóspitos.
El Plan de Estudios inicial de la Escuela de Trabajo Social de la
Universidad Central de Venezuela, 1958, contemplaba dos asignaturas de
fundamental importancia en la formación profesional de un Trabajador Social:
Geografía Humana, a cargo del distinguido profesor, geógrafo, José Cupertino
Rojas; y, Sociología Rural, a cargo del recordado y apreciado profesor,
ingeniero agrónomo, Gonzalo Carrero Márquez. En su momento, no era bien
comprendido el por qué de estas asignaturas en una carrera profesional de tipo
eminentemente social, lo que favoreció su
eliminación del Plan de Estudios vigente. Analizado el punto, con cierta
distancia, a la luz de lo que sucede con el poblamiento del territorio
venezolano, forzoso es concluir que los estudios sobre Geografía Humana y
Geografía Urbana son esenciales en la formación académica de los Trabajadores
Sociales.
En fecha reciente, con motivo de la celebración de las VII Jornadas de
Investigación de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales, tuvo lugar un
foro inaugural sobre: “Caracas: Múltiples Miradas”, con la intervención de un
distinguido panel de especialistas. Varios aspectos fueron abordados:
demográficos, salud y urbanos. Este Foro hizo recordar otras investigaciones de
primera línea sobre la ciudad, como el famoso “Estudio de Caracas”, 1967,
dirigido por el ilustre Dr. Rodolfo Quintero. El Estudio en referencia,
auscultó a Caracas desde distintos ámbitos: geográfico, urbanístico, político,
cultural y social. En esa oportunidad, ya, se advertían los problemas de la
ciudad Capital, entre otros, su
crecimiento desordenado e irregular, la concentración de población y el sobredimensionamiento de un pequeño valle,
circundado de montañas, lo que espacialmente genera dificultades de expansión y crecimiento y
obliga la ocupación de espacios no aptos para el hábitat humano.
Cuatro grandes proyectos
urbanísticos son identificables en Caracas a partir de la segunda mitad del
siglo XX y, en dos de ellos, el Trabajo Social tuvo participación importante,
mediante uno de sus conocidos métodos de intervención profesional, en desuso en
la actualidad: el Método de Desarrollo de la Comunidad. Estos cuatro proyectos
de urbanización o reurbanización, son: Reurbanización “El Silencio”, 1942-1945, a
cargo del maestro Carlos Raúl Villanueva; los Superbloques de la urbanización
denominada “23 de Enero”, con alcances en las urbanizaciones Lomas de Urdaneta,
Cuartel y Coche, década de 1950, plena dictadura de Marcos Pérez Jiménez; la
urbanización Caricuao, la California Norte y El Cafetal, década de los años 60,
obra del comienzo de los gobiernos democrático-representativos;
y, últimamente, la Gran Misión Vivienda Venezuela, un proyecto de construcción
masiva de viviendas.
Los proyectos habitacionales
citados, con excepción del último, constituyen la cara visible y carta
de presentación del viejo Banco Obrero,
hoy, INAVI, creado en el año 1928, bajo
la dictadura de J.V.Gómez, para dotar de
viviendas cómodas e higiénicas a la masa de población migrante del campo a la
ciudad, consecuencia directa de la riqueza petrolera.
¿Qué singulariza la reurbanización de Caracas, ayer, respecto, a la de hoy, y, por qué nos
referimos a la participación del Trabajo Social? Sencillamente, porque el genio de Villanueva
pensó en una ciudad y viviendas para que la gente viviera cómodamente, con
espacios libres para la recreación y el esparcimiento, zonas verdes, con amplias calles y avenidas,
con jardines, instalaciones deportivas, educativas, religiosas, dotada de todos
los servicios básicos; y, además, pensó, en
la necesidad de organizar y
preparar a la gente para un nuevo modo
de vida, el urbano, comunitario, tarea
en la que el Trabajo Social cumplió y debe cumplir una función importante. Sobre
este tema insistiremos en próximo
artículo.
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