DERECHO A NO TENER DERECHO
Absalón Méndez Cegarra
La palabra Derecho,
en sentido general, significa recto; pero, en sentido jurídico, la
noción es distinta, sin obviar este sentido original de recto, de
conformidad, que se suma, al concepto de Derecho, como facultad de las
personas para exigir algo a los demás; también, abstenerse o hacer algo
para sí mismo. Por otra parte, se entiende el Derecho, como el conjunto
de normas jurídicas vigentes en un determinado lugar. Por extensión, se
aplica al estudio de la ciencia jurídica y, más, precisamente, al
estudio del ordenamiento jurídico que capacita para ejercer la defensa
de las personas ante controversias de carácter judicial, lo que se
conoce normalmente como abogacía. Pero, la práctica del Derecho y la
elaboración del mismo, es lo más torcido que alguien pueda imaginar; de
ahí, que Derecho es la ciencia del deber ser, no, de lo que realmente,
es. Esta contradicción la resuelve el mismo Derecho al establecer, al
menos en materia penal, que hay una verdad procesal -la única que cuenta
en juicio penal- y, una verdad, verdadera, cierta, la cual no cuenta
para nada.
Los venezolanos estamos ahítos de Derechos. La venida
de la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle
Bachelet, puso sobre el tapete el tema de los derechos humanos en
Venezuela. A ella, acudieron tirios y troyanos. Unos, para exponer que,
en el país, existe todo un Sistema de Derechos Humanos de acatamiento
estricto. Otros, para mostrarle la permanente y reiterada violación de
los derechos humanos. Michelle Bachelet, es, en este momento, una
funcionaria de los Estados del mundo, pues, en la ONU, están
representados los Estados, a través de los Jefes de Gobierno, de manera
que actuará conforme pauten los cánones de la diplomacia internacional.
El
gobierno señaló y dio cuenta del catálogo de derechos individuales,
sociales, económicos y culturales, contenidos en la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela. Igualmente, de los distintos
mecanismos de tutela y medios de defensa de tales derechos. Para el caso
que la enumeración de los Derechos Humanos no resultare exhaustiva, el
artículo 23, de la CRBV, advierte, que: “Los tratados, pactos y
convenciones relativos a derechos humanos, suscritos y ratificados por
Venezuela, tienen jerarquía constitucional y prevalecen en el orden
interno, en la medida en que contengan normas sobre su goce y ejercicio
más favorables a las establecidas en esta Constitución y en las leyes de
la República, y son de aplicación inmediata y directa por los
tribunales y demás órganos del Poder Público”. Es decir, que la
Declaración Universal de los Derechos Humanos; la Declaración Americana
de Derechos Humanos; los diferentes Protocolos suscritos en materia de
derechos humanos; y, la serie de instrumento aprobados por Venezuela,
forman parte del ordenamiento jurídico venezolano y sus normas son de
aplicación inmediata. Con esta carta jurídica de presentación, Venezuela
se muestra al mundo como abanderada en la protección y defensa de los
derechos humanos. Nada más alejado de la realidad. Los hechos indican
todo lo contrario. El Derecho realidad es a no tener derechos.
Los
sectores opuestos al gobierno y las víctimas de las acciones
gubernamentales violadoras de los derechos humanos, mostraron a Bachelet
la verdadera cara del gobierno en lo que a derechos humanos se refiere.
La letra de la Constitución es letra muerta. Nada tiene que ver con lo
que sucede en el país respecto a los derechos humanos. En el país no hay
respeto por el derecho a la vida, el cual, a decir verdad, es un
derecho envolvente, sintetiza todos los derechos, pues, este derecho, no
sólo refiere a la pérdida de la vida, sino que contempla,
igualmente, lo que garantiza la vida: ausencia de enfermedad, acceso a
los servicios de salud, alimentación, vestido, vivienda, educación,
recreación, trabajo y muchos más. Sin vida, los demás derechos carecen
de significación.
Los más recientes y monstruosos crímenes
cometidos en Venezuela por los organismos de seguridad del Estado en la
humanidad del Concejal Albán y Capitán de Corbeta Acosta Arévalo, son
demostrativos del Derecho realidad que se ha instaurado en Venezuela.
El
gobierno inventa conspiraciones, golpes y magnicidios, para luego,
armar una persecución implacable en contra de la población, persecución
que ignora e irrespeta el derecho a la vida, lo cual es muy grave para
la nación, porque violencia engendra violencia, y los resultados de
esa combinación ya los estamos viviendo en la frontera
colombo-venezolana. Hay que acabar con el Derecho realidad.
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