Absalón Méndez Cegarra
La Asamblea Nacional
Constituyente (ANC), la cual nadie reconoce, ha usurpado las funciones del Poder Electoral
y ha convocado para el domingo 10 de diciembre las elecciones de Alcaldes de
los 335 Municipios existentes en Venezuela.
Las elecciones de Alcaldes, así como las de
Gobernadores, se realizan y realizaron
con un retardo superior al año, violando disposiciones expresas de la
Constitución y de la Ley Electoral; además,
incompletas, porque no han sido elegidos los miembros de los Consejos
Legislativos y de los Concejos Municipales cuyo período de ejercicio ha
fenecido.
El Alcalde es la primera
autoridad civil del Municipio. Representa al Poder Ejecutivo en el nivel local;
mientras que el Concejo Municipal es el órgano legislativo. Alcaldes y
Munícipes constituyen el Poder Local y, por consiguiente, son las autoridades
más cercanas a los ciudadanos, a las personas que viven en el ámbito territorial municipal.
Las elecciones locales son de
gran importancia. La familia es la
célula fundamental de la sociedad, y el
Municipio lo es de la organización política. En el Municipio reside el
verdadero poder local. Aquí, se puede desarrollar la genuina participación protagónica del pueblo como
bien lo establece la Carta Política de
la República. En el Municipio tienen cabida múltiples formas de organización social.
Las elecciones del 10 de diciembre pueden deparar muchas sorpresas. El país entero puede teñirse de rojo debido
al chantaje gubernamental, uso indebido
de recursos públicos y compra de
voluntades con mendrugos de pan y amenazas,
como ha sucedido en una campaña electoral a todas luces desigual
y descaradamente ventajista. Suficiente con ver lo sucedido
en Municipios como Libertador y Sucre de la Gran Caracas y en otros del
interior del país. Pero, puede suceder que los vecinos organizados, con fuerza
partidista o sin ella, como puede
ocurrir en el Municipio Chacao del Distrito Capital, concedan la victoria a la
capacidad organizativa de las comunidades y el triunfo electoral corresponda a
quien se lo merece: el liderazgo local, es decir, a la persona o grupo de
personas que conocen, entienden,
comprenden y canalizan los problemas comunitarios y las necesidades de la
gente.
Es muy lamentable y da mucho que
hablar lo que observamos en Municipios en donde las fuerzas que reclaman un
cambio en la dirección política de la nación no lograron ponerse de acuerdo y
presentar un candidato único para oponerlo a la unidad monolítica impuesta por
el oficialismo. En estos Municipios, en los que participa y compite un candidato oficialista único con media
docena de candidatos representantes de fuerzas políticas dispersas, no hay duda
alguna que el triunfo oficialista está cantado, sin apelar al expediente del
fraude electoral. Y, este triunfo lo que está concediendo, regalando, aunque parezca mentira, la votación dispersa,
dividida. Aún hay tiempo de cambiar el curso de los acontecimientos. Es posible
reunir las voluntades dispersas, unirlas a favor del candidato opositor con
mayor probabilidad de ganar las elecciones, es decir, sacrificar algunas
opciones a favor de una sola con capacidad de aglutinar y garantizar el
triunfo. De seguir este camino, es posible que el retorno a la democracia en
Venezuela se produzca desde el poder
local, desde los vecinos organizados y auténticos líderes comunitarios.
Sí, los vecinos logran una buena
cantidad de triunfos municipales, éstos se constituyen en una fuerza local
invencible y no existirá poder capaz de
doblegarla y someterla. Un Poder
Municipal de color distinto al oficialismo será un mensaje claro y categórico
para el gobierno nacional. Los Municipios, aun con todas las limitaciones que
se pretenda imponer, bien organizados, inclinarán la suerte de Venezuela hacia
una dirección distinta, así, lo prueban los Municipios que han estado en manos opositoras, quienes han sabido manejar las cosas de manera distinta,
caso contrario de los ataques de que han sido víctimas Alcaldes, legal y legítimamente electos, como Ramón Muchacho, Daniel Ceballos, Antonio
Ledezma, Alfredo Ramos y muchos más,
víctimas de la más cruel represión, abuso de poder y de un aparato administrador de justicia obediente
y sumiso del Ejecutivo Nacional.
El día 10 de diciembre los venezolanos facultados para votar debemos
concurrir a depositar el voto por líderes locales representativos de los
intereses de la comunidad local. Los candidatos oficialistas son “bates quebrados” que han demostrado su
incapacidad e incompetencia en todos los cargos que le han sido asignados.
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